Un jueves más, la gala de 'Acorralados' ha estado cargada de momentos únicos. La entrada de los cuatro nuevos concursantes, Álvaro Muñoz Escassi, Liberto López de la Franca, Úrsula Aguilar y Raquel Bollo, sorprendía a los granjeros justo después de saber que Leticia Sabater había estado nominada toda la semana por un motivo todavía desconocido.
Con la llegada de los nuevos habitantes de la Casona se ha desvelado el misterio de la nominación de Leticia y se ha producido uno de los momentos más divertidos de la noche. Blanca de Borbón no sabía ni qué hacer al ver entrar por la puerta del Establo a Liberto López de la Franca, al que había dedicado unos calificativos de todo menos agradables días antes durante una conversación con Nagore.
Blanca habla de su padre Leandro de Borbón
Y es que a lo largo de la semana Blanca ha confesado los motivos que la llevaron a cortar la relación con su padre. Según ha contado, Leandro de Borbón se separó de su madre y comenzó una relación con otra mujer que acabó en matrimonio.
Un noviazgo que hizo que se enfriara la relación del Infante con sus hijos 5, hasta el punto de que duranto una comida Leandro anunció a sus hijos que desde ese día "habéis muerto para mí. Yo tengo una mujer y un hijo y vosotros no sois nadie". Unas duras palabras que llegaron después de que Blanca llamara "hija de puta, zorra, cabrona" y toda clase de improperios a la segunda mujer de su padre.
Blanca de Borbón y Leandro, cara a cara
Junto a esta dura confesión, Blanca de Borbón también habló a Nagore de Liberto López de la Franca. Qué tino que la borbona fue a llamar "cretino, homosexual y gilipollas" al profesor de 'Las joyas de la corona' horas después de que Nagore explicara en el Establo que había conocido la existencia de los cuatro nuevos concursantes durante su visita al hospital tras sufrir una rotura fibrilar.
Ahora Liberto y Blanca se han visto cara a cara en el Establo de 'Acorralados: aventura en el bosque'. Un encuentro en el que el profesor del reality de Carmen Lomana ha asegurado que cuando le contrataron como jefe de la casa de don Leandro de Borbón le encomendaron la misión de reconciliar a padre e hijos. Una tarea que no pudo llevar a cabo porque se lo impedía "tanto Leandro como su actual familia" aunque "me hubiese gustado haber fomentado una reconciliación".