La actriz de 'Juego de tronos' ha sido la última en sumarse a la lista larga de actrices que han sufrido las propuestas sexuales del director de cine.
Recientemente se ha destapado uno de los escándalos más polémicos de la historia de Hollywood. El diario New York Times publicó un artículo en el que algunas de las actrices más reconocidas de la industria relataban en primera persona las propuestas sexuales que recibieron del director Harvey Weinstein. A raíz de esto no han dejado de ver la luz nuevas historias relacionadas con el productor.
La última es la que protagoniza Lena Headey quien da vida a la poderosa Cersei Lannister en la serie 'Juego de tronos'. El caso de la de Hamilton se remonta al año 2005 en el Festival de Venecia. "En un momento dado, Harvey me pidió que me fuera a dar un paseo con él junto a los canales y le acompañé hasta que se detuvo y me hizo un comentario sugerente, un gesto, al que yo respondí con una risa porque estaba verdaderamente en shock. Recuerdo pensar que era una broma y decirle algo tipo 'venga hombre, sería como besar a mi padre'. Así que nos fuimos a tomar algo con el resto del equipo y nunca más volvieron a llamarme para actuar en una película de Miramax", comenzó diciendo la intérprete."Años más tarde me lo encontré en Los Ángeles. Por alguna razón creía que nunca se atrevería a volver a intentar algo conmigo, no después de haberme reído en su cara y decirle que eso no iba a pasar ni en un millón de años. Pensé que respetaría el límite que le puse y que quizás solo quería hablar conmigo de trabajo. Empezamos así, pero no tardó en preguntarme en qué estado estaba mi vida sentimental y amorosa. Intenté cambiar la conversación hacia temas menos personales, pero él insistió en que le acompañara a la habitación para que me diera un guion", continúa el relato de la actriz.
Volvió a intentarlo
"Caminamos hacia el ascensor y de repente algo pasó que todo mi cuerpo se puso en alerta. Según subíamos le dije a Harvey que no estaba interesada en otra cosa que en el trabajo, que por favor no pensara que subía con él por otros motivos. 'No va a pasar nada', le dije. No sé qué me llevó a hablar así en ese momento, pero sentía que tenía que hacerlo. Se quedó en silencio. Furioso. Pero cuando salimos del ascensor, él caminó por detrás de mí con su mano sobre mi espalda sin decir una sola palabra. Me sentía totalmente indefensa", confiesa ella misma.
"Intentó abrir su habitación con la tarjeta pero no funcionaba, y aquello le terminó de cabrear del todo. Así que me acompañó de nuevo al ascensor agarrándome del brazo, pidió que trajeran mi coche y me susurró al oído: 'No le digas a nadie nada sobre esto. Ni a tu mánager ni a tu agente'. Entonces me senté dentro y rompí a llorar", concluyó Headey.