No es indiscreta, pero es sincera y nunca se calla. Así es Laura Ponte, la modelo que entró no en la Familia Real, pero sí en la Familia del Rey (entonces era Juan Carlos I) al casarse con uno de los primos favoritos de Don Felipe, Beltrán Gómez-Acebo. Antes era famosa por su carrera como modelo, pero después generó más curiosidad por su regio parentesco. A pesar de su ruptura con el hijo de la Infanta Pilar, como madre de dos de los hijos de Beltrán-Gómez Acebo siempre ha tenido un lugar para los Borbones.
Laura Ponte ha concedido una entrevista a Vanity Fair, poniéndose bajo el objetivo de Erwin Olaf, fotógrafo de la Familia Real de Países Bajos. Para la ocasión se ha vestido de Princesa de Éboli, famosa por su leyenda y el parche que cubría uno de sus ojos, lo que le ha llevado a desvelar un problema de salud que padece: es tuerta.
" Soy tuerta. Tuve un herpes muy grave que se complicó y ahora solo tengo un 20 por ciento de visión en el ojo izquierdo. He pensado en el trasplante pero estoy esperando a que haya más avances médicos", ha declarado. "Es por eso que siempre lloro cuando me hacen fotos con flash. Como también moqueo, la gente se cree que soy drogadicta. ¿Qué voy a hacer si tengo ojeras porque duermo poco, los dientes rotos porque soy bruxista, no sonrío porque llevo aparato y soy tuerta?", comentó la modelo con amplia sinceridad.
Vestida como una persona importante de la época de Felipe II le ha hecho recordar su boda con Beltrán Gómez-Acebo en 2004. Ella se empeñó en dar el 'sí, quiero' en El Esquileo, una finca segoviana de su cuñada que tenía un importante valor sentimental. Le dijeron que no era buena idea, pero para contentar a todo el mundo, la ceremonia tuvo lugar en La Granja de San Ildefonso, dándole así el toque de realeza necesario.
No ha dudado en seguir hablando de la familia de sus hijos. La entrevista tuvo lugar antes de Navidad de 2019, y por tanto antes de la muerte de la Infanta Pilar. Para ella solo tenía buenas palabras: "Nunca la he escuchado quejarse. Era muy buena, muy cariñosa, muy sana, muy directa". De los Borbones ha dicho que siempre le han cuidado mucho, y de su exmarido que ambos se tienen mucho respeto y que se siguen queriendo. El mismo respeto tiene por otra expareja, Pedro Letai, con el que rompió porque ven las cosas de distinta manera.
En cuanto a sus hijos, Laura y Luis, ella quiere ser profesora de tenis por su pasión por el deporte, mientras que a él le encanta la ciencia, por lo que le gustaría ser ingeniero físico o químico. Sus hijos se enteraron de que era famosa cuando se lo dijo alguien de su clase, cosa que ella no escondía, pero tampoco mostraba. Un día su hijo Luis buscó el nombre de su madre en Google y se dio cuenta de que no sabía ni la mitad de cosas de su vida, a lo que ella respondió: "Hijo, tú pregúntame a mí porque puedes leer barbaridades". Una de ellas es que está enganchada a las metanfetaminas y otra que tiene a sus hijos abandonados en Suiza. Esta es su respuesta: "Siempre dicen que estoy fumada, pero nací con ojeras. Me duele sobre todo por lo que dicen de mis hijos. Si estuviese mal, estaría ingresada en algún sitio. Un amigo mío me dice: tú eres como Kate Moss, pero sin todo lo malo".