Laura Escanes y Risto Mejide han estad pasando una temporada fuera de su hogar con motivo de sus vacaciones de verano, y ahora su regreso ha sido con sabor agridulce por el 'recibimiento' que han tenido. Ha sido la influencer la que ha querido enseñar a través de su cuenta de Instagram a lo que se ha tenido que enfrentar nada más llegar a su casa.
"Pues nada, este es nuestro recibimiento. Idiotas (porque no tienen otro nombre), que han tirado huevos en casa cuando no hemos estado, tenéis un problema grande", ha dicho, haciendo una denuncia pública, para añadir después: "¿Qué coño os pasa por la cabeza?". Pero eso no ha sido todo, porque han sufrido otro contratiempo en el interior de la vivienda: "Y para añadir un poquito más de drama a la situación y más diversión a nuestra vuelta a Madrid, se nos fue la luz hace dos o tres semanas y entonces el congelador y la nevera... Os podéis hacer una idea del olor de la casa en general...".
Más allá de esto no ha dicho nada más, aunque esta no es la primera vez que se enfrentan a una situación de este tipo, porque un año atrás una persona anónima y seguidora del programa de Risto Mejide, publicó en varios grupos de Telegram la dirección del domicilio del presentador, y escribió: "¿Quién se apunta a ir a por él?", así que habrán tirado de dicha dirección para hacerles daño.
Ambos se expresaron en tal ocasión, diciendo que estaban indignados y que además les parecía peligroso porque sentían que su integridad física corría peligro, igual que la de sus hijos. Laura Escanes compartió estos mensajes públicos: "Bueno, si nos pasa algo ya sabréis por qué".
Protegiendo a su hija
La pareja está muy concienciada con la protección de su hija Roma, su hija en común, y decidieron no mostrar su rostro para evitar su exposición y que nadie pudiese reconocerla por la calle, así que al menos en ese sentido pueden estar más tranquilos. Laura Escasees y Risto Mejide ven así una forma de proteger la intimidad de la menor, pensando en el momento en el que empiece a salir sola a la calle, para que nadie le pueda decir nada.