Parecía que, tras su abrupto divorcio de Khloé Kardashian en 2014, Lamar Odom había encontrado de nuevo el amor en una entrenadora personal, Sabrina Parr. Su relación era tan intensa que apenas 3 meses después de comenzar ya se habían comprometido : "Pronto será Ms. Parr-Odom. Ella es la indicada", presumía el jugador de baloncesto en sus redes sociales. Casi un año después de hacer este anuncio, llego la peor de las noticias: la ruptura.
"Todos sabéis que soy honesta y transparente así que tengo que ser la primera que os haga saber que ya no estoy comprometida con Lamar ", escribía la propia Sabrina en un stories de Instagram. " Esta ha sido una decisión difícil de toma, pero es lo mejor para mí y para mi hijo ". El motivo no sería otro que los problemas que vienen persiguiendo al exmarido de Khloé Kardashian desde hace años: " Lamar tiene algunas cosas que necesita resolver ".
" Lo quiero mucho, pero no puedo estar a su lado mientras él busca la ayuda que desesperadamente necesita. Le deseo lo mejor y os pido que recéis por todos los que están involucrados en ello ", terminaba diciendo Sabrina en las únicas palabras pronunciadas al respecto sobre ello. Esta noticia llega también un año de la fecha en la que ambos esperaban darse el 'sí, quiero' en Miami.
Los problema de Lamar Odom con las drogas y el alcohol
Lamar Odom lleva luchando contra sus adicciones desde que, en 2015, ya divorciado de Khloé, fue encontrado en coma en un burdel de Las Vegas tras haber consumido demasiadas drogas y alcohol. Esto le obligó a realizar una rehabilitación muy importante ya que el jugador de baloncesto llegó incluso a perder el habla y la capacidad de caminar por sí mismo.
Por este mismo motivo, Sabrina Parr ha estado apoyándolo en su camino hacia la recuperación durante el tiempo que estuvieron juntos. "Estoy aquí en la hermosa playa de West Palm apoyando a mi bebé mientras él está en su viaje para tener la mente, cuerpo y espíritu más saludables". Sus adicciones le han provocaron múltiples problemas cerebrovasculares, ataques cardíacos e insuficiencias reales.