En 2015 Lamar Odom sufrió una sobredosis como consecuencia del abuso excesivo de viagra y cocaína que casi acaba con su vida.
A Lamar Odom siempre se le ha considerado una estrella del baloncesto. Después de haber jugado para varios equipos de la NBA, e incluso en España, al de Queens se le conoce también por tener un tren de vida desenfrenado, basado en las adicciones tanto a drogas como al sexo. En 2015, con su carrera prácticamente acabada por su abuso a las drogas, sufrió una sobredosis de cocaína, viagra y alcohol que le llevó a un estado crítico de coma.
La policía de Nevada se lo encontró en un burdel, inconsciente, con sangre en la nariz y en la boca. Inmediatamente fue trasladado al hospital, donde paso los siguientes días intentando recuperarse. Los médicos consideraron que era milagroso que no hubiera fallecido pues en los siguientes 4 días a habérselo encontrado consiguió superar seis ataques al corazón.La expareja de Khloé Kardashian, quien le apoyó en todo momento durante su estancia en el hospital, ha querido hablar sobre lo ocurrido aquella noche para el programa de Facebook 'Addiction Talk'. Allí ha dicho que él no recuerda haber tomado nada y que seguramente alguien atentó contra su vida: "Estaba muy dolido, y casi en cierto sentido asustado, porque alguien simplemente intentó quitarme la vida". Incluso en 2019 ya llegó a acusar al dueño del burdel, el ya fallecido Dennis Hof: "Creo que Dennis Hof... No sé qué tenía contra mí, pero no tome drogas esa noche, para ser honesto con ustedes. Así que no sé si trató de envenenarme. Intentó matarme".
Como él afirma, la mejor medicina para curarse de sus adicciones han sido sus hijos. Según el jugador de baloncesto es verles y saber que sus hijos le necesitan. Ahora reconoce que ellos son lo más importante de su vida. Una vida marcada por la muerte
A pesar de que él llego a ser una superestrella del baloncesto, varios miembros de su familia no tuvieron tanta suerte. Su padre, por ejemplo, murió cuando Lamar Odom tenía 13 años, debido a una sobredosis. En 2003, 2006 y 2011 tuvo que asistir a tres funerales de seres muy queridos para él, el de su abuela (su mayor apoyo para dedicarse al deporte), su tercer hijo de 6 meses y su primo que fue asesinado.