Jennifer O'Neill, la ex asistente personal de Lady Gaga, no le ha interpuesto una demanda a la cantante pero sí a Mermaid Touring Company, la empresa que Gaga utiliza para sus conciertos y giras. O'Neill denuncia que fue tratada como una esclava y que, por tanto, le deben horas extras por valor de 380.000 dólares.
"No tenía tiempo para comer ni, a veces, para domir" ya que su trabajo era atender a la perfección a la cantante. Si Gaga se daba una ducha, ahí tenía que estar Jennifer para pasarle una toalla tras el baño, de la misma manera que tenía que actuar como alarma personal en todo momento para evitar que Gaga se retrasase.
7.168 horas extras en trece meses
Sus servicios tenían lugar en todo tipo de sitios, desde la casa de la cantante hasta los estadios, jets privados, barcos, suites de hoteles, ferries, trenes y viajes en autobús. Jennifer estaba al cargo de todo lo que tenía que ver con la cantante de 'Born this way' y, por ello, apenas se despegaba de su lado. Razón por la cual, durante los 13 meses en los que trabajó para Lady Gaga, llegó a contabilizar 7.168 horas extras que aún no le han sido pagadas. Su salario anual era de 75.000 dólares.
Aunque los representantes de Lady Gaga han dicho que la denuncia no tiene fundamentos, lo cierto es que Gaga se está haciendo ya famosa por sus malas relaciones con miembros de su equipo. Sin ir más lejos, en noviembre nos enterábamos de que Gaga había despedido a su coreógrafa y directora creativa, Laurieann Gibson, por sus "diferencias irreconciliables".