El paso por prisión cambió la vida de Isabel Pantoja para siempre. Pero lo que no se esperaba la cantante es que aquel tiempo privada de su libertad sería todo un aprendizaje para años más tarde enfrentarse a un confinamiento obligatorio por una pandemia mundial. Y es precisamente de aquellos complicados meses de su vida de donde ha rescatado unos conocimientos que le están siendo muy útiles en su día a día.
Tal y como ha podido saber la revista Diez minutos, la tonadillera ha desempolvado su máquina de coser para ponerse a confeccionar mascarillas sanitarias. Así es, en cuento pudo conseguir una metros de tela sanitaria homologada no dudó en ponerse manos a la obra. Este es sin duda uno de los mayores entretenimientos de la cantante durante la cuarentena una vez tiene tiempo libre para ella.
Aprendió a coser en la cárcel
Suele fabricar unas cinco mascarillas al día que regala a la gente que vive cerca suya (está realizando el confinamiento en la famosa finca de Cantora) y así formar parte de ese movimiento solidario que ha puesto a coser a miles de persona en España. Tal y como apunta el mencionado medio, esto le ayuda también a hacer más amenos los días más "depres" que muchas veces vienen motivados por los problemas de sueño que sufre durante esta temporada que la llevan a estar viendo la televisión hasta muy tarde y luego levantarse bien avanzada la mañana.
Otras de las actividades que más practica estos días es la de rezar. Y es que Isabel Pantoja está muy preocupada por el alcance que está teniendo esta enfermedad y la exposición que tuvo poco antes de que el gobierno decretase el Estado de alarma. El 6 de marzo (el fin de semana antes de comenzar la cuarentena), la cantante dio su último concierto en el Wizink de Madrid al que acudieron miles de personas y muchas personas cercanas a ella con las que estuvo en contacto.
Esto ha hecho también que durante todo este tiempo en Cantora haya estado prevista de todo tipo de ayuda. Desde hermano Agustín, que vive con ella y con su madre; pasando por dos personas de servicio; hasta de su propio otorrino, quien incluso llegó a visitar alguna vez la finca. Pero sin duda la gran felicidad de la Pantoja llega cuando una vez al día habla mediante videollamada con sus hijos, Kiko Rivera y Chabelita Pantoja, para poder ver a sus nietos, la gran alegría de su vida.