A pesar de su corta edad, el artista, cuyo nombre real era Tim Bergling, logró convertirse en uno de los DJ más importantes del mundo. Empezó en el mundo de la música en el 2012 y ya ganó en su primer año en la industria unos 5,7 millones de euros. Su caché fue aumentando paulatinamente y en 2013 llegó a ganar un total de 13 millones de euros, alcanzando los 23 en el 2014. Este vertiginoso ascenso lo convirtió, con tal solo 2 años de carrera a sus espaldas, en el tercer DJ mejor pagado del mundo. Y esto no terminó aquí sino que siguió creciendo hasta que en el año 2016 decidió retirarse con un último show en Ibiza con tan solo 26 años.
Pero todas las cifras anteriormente mencionadas no significaban mucho para el artista, como había comentado ya en una entrevista en el año 2013: "Descubrí cuando comencé a ganar dinero que realmente no lo necesitaba", confesó: "Cuando tienes un exceso de dinero que no necesitas, lo más sensato, lo más humano y lo más obvio es darlo a las personas que lo necesitan". Y así lo hizo durante sus años de actividad. En el 2012 donó 1 millón de dólares a la organización benéfica 'Feeding America'; al año siguiente donó un millón más a la organización sueca Radiohjälpen. También aprovechó el éxito de sus canciones para promover mensajes importantes a favor de la lucha con el tráfico de personas y la violencia de las pandillas, como hizo en 'Better Day' y 'Pure Grinding'.
Los beneficiarios de la herencia
Aún habiendo donado importantes cantidades de dinero, la inesperada muerte de Avicii deja sin dueño una fortuna de más de 70 millones de euros, a los que se suman también los 12,5 millones en los que está valorada su mansión de Hollywood. El artista no había tenido mujer e hijos por lo que, según la ley de su país, todas sus ganancias tendrán que ser repartidas entre sus padres y sus tres hermanos. En cuanto a su familia, esta no ha vuelto a manifestarse sobre el tema más allá del comunicado que se hizo público al día siguiente de su muerte.