Que el lujo y la riqueza formen parte del clan Kardashian no es algo que, a estas alturas, nos sorprenda. Más bien, se podría decir que es casi una realidad universal. Una verdad que lleva definiendo a esta codiciada familia norteamericana desde hace años y que parece que seguirá acompañándoles durante mucho, mucho pero que mucho tiempo. Nada que ver con presagios, todo lo contrario. Y es que, realmente, esta pequeña estirpe ha sabido muy bién cómo labrar su estatus en la sociedad y cómo construir un futuro envidiable por todos.
No es otra cosa que el reflejo más puro de su forma de vida con el que han logrado ganarse el apoyo y la confianza de miles y miles de seguidores en todo el mundo. Tan solo hace falta echar un vistazo a las redes sociales para comprobar y corroborar la influencia que cada uno de estos seis hermanos tiene entre los jóvenes y no tan jóvenes de este planeta. Aunque no solo ha sido obra de este show televisivo, sino que también con el tiempo han conseguido formar sus propios pinitos dentro de otro tipo de ámbitos profesionales.
Uno de los lugares más concurridos y solicitados por las estrellas de Hollywood que se caracteriza tanto por su glamour como por albergar las mansiones más deseadas, bellas e impresionantes del panorama norteamericano. Allí mismo es donde se encuentran las actuales viviendas de estas dos hermanas, consideradas a la vez como las dos mansiones más lujosas de este pequeño terreno californiano. Tanto las de ellas como la de su hermana Kylie Jenner y la su madre Kris Jenner, quien se encuentra a escasos minutos de sus nuevas residencias. Inmediatamente, la curiosidad por saber cómo será el interior de cada una ellas salta sin apenas quererlo.
Martyn Lawrence Bullard: un diseñador como 'factor común'
Y es que al tratarse de dos grandes referentes en el mundo de la cosmética y el estilismo, conocer sus gustos hasta para la decoración de sus propias viviendas resulta cuanto menos curioso e interesante. Ha sido gracias a la publicación Architectural Digest a través de quienes hemos podido descubrir todos y cada uno de los detalles que encierran estas dos lujosas mansiones. Un reportaje en el que ambas hermanas abrieron las puertas de sus casas a la revista americana y del cual salieron enormemente felices y agradecidas.
Así lo quisieron compartir en sus respectivas redes sociales en el momento de su publicación, hace tan solo un par de meses. En general, fotografías que se incluían en este mismo y laborioso trabajo y también vídeos que mostraban el paso a paso de ese resultado final. La acogida fue enormemente brutal, llegando a alcanzar miles y miles de comentarios y 'likes'. Algo que a estas alturas tampoco sorprenderá a nadie. Así, partiendo de este proyecto, es como se ha podido conocer un poco más sobre las manias, caprichos y gustos personales tanto de Khloé como de Kourtney.
Y como artífice de tan exitoso trabajo no se encuentra otra persona que el gran diseñador de interiores Martyn Lawrence Bullard. Un profesional lo suficientemente afamado entre la sociedad norteamericana como para que dos de las grandes del clan Kardashian lo dejen todo a sus manos. Sin embargo, el trabajo para Bullard no ha tenido que ser del todo fácil, ya que las inclinaciones estéticas de estas dos hermanas resultan ser enormemente diferentes. "Las dos estaban preparadas para algo nuevo", decía el diseñador.
"En la casa de Khloé decidimos darle un poco de romance, llevándolo de vuelta a sus raíces mediterráneas. Para Kourtney, por el contrario, la atención se centró en sus dos hijos. Queríamos que fuera sofisticado, pero para una familia", relataba el maestro Bullard para la Architectural Digest. Playa y montaña, blanco y negro, noche y día. Así podríamos definir a Khloé y Kourtney. Dos polos opuestos que apenas comparten el mismo gusto por la decoración. "Estoy sorprendida por la cantidad de estilos que puede interpretar", se sorprendía Kourtney ante la magia de este diseñador de interiores.
Neutro vs. colorido: un verdadero dilema para Kourtney Kardashian
Así, comenzaremos descubriendo los entramados de esas más de cuatro paredes en las que se refugia una Kourtney Kardashian sincera y personal. En total, la vivienda se encuentra registrada en una cifra de compra de 7,5 millones de dólares. Increíble para muchos aunque no muy costosa para estrellas de la televisión como ella. O para futbolistas como Keyshawn Johnson, quien se presenta como el anterior dueño de esta reliquia inmobiliaria. La mansión, además, se dispone en un terreno de nada más y nada menos que 11.500 metros cuadrados con una decoración que se acerca a su forma de ser: muy minimalista, sencilla y toscana.
Aunque también ha tenido que combatir con uno de los frentes más importantes de su vida. Y es que, como no puede ser de otra manera, el bienestar de sus propios hijos se encuentra por encima de cualquier exigencia que la mayor de las Kardashian se plantee. De esta forma, su afán por lo clásico, modernista y neutro se ha visto en la obligación de ceder para incluir ciertos toques de viveza que enamoren a sus tres pequeños. "Le tengo mucho miedo al color, pero cuando tienes niños, no puedes ser tan estricto. Martyn pudo introducir colores brillantes de una manera que puedo controlar", confesaba en la publicación.
Un miedo desconocido hasta entonces que ahora convive con ella y que se alterna con la "sobriedad" del resto de sus detalles. Tanto que se puede ver a su hija pequeña durmiendo bajo una clásica lámpara de tres bazos y con una luz de neón en color rosa encima del cabecero de la cama. Aunque todo parece apuntar que la presencia de esa sobriedad en la casa tiene mucho que ver con el momento en el que ahora mismo se encuentra ella. Así mismo lo revela ella. Por supuesto que nada que ver con el glamour y el atractivo que desprende la vivienda de su hermana Khloé.
Lo éxotico y la belleza: imprescindibles para Khloé Kardashian
Diferencias que se palpan por doquier salvo en el coste de la mansión, valorada esta vez en 7,2 millones de dólares. Así, tras tropezar con una sencilla y discreta Kourtney Kardashian aterriza la amante de lo sofisticado y de los detalles más esplendorosos. Un verdadero reflejo de su explosivo estilo femenino que se puede apreciar tanto en los colores como en el aspecto de sus propias decoraciones. Una fuerte influencia exótica, con matices directos de Marruecos y Turquía, imperan en los 10.000 metros cuadrados que componen esta mansión.
Aunque extrañamente también parece haber sitio para las disparidades. Una de ellas, por ejemplo, su sala de estar, dotada de la pureza del color blanco con salida a una terraza decorada con divanes. "Estuve muy involucrada con el proceso de diseño. Soy obsesiva con los detalles, y puedo ser un poco controladora, pero solo porque soy genuinamente curiosa", reveló a Architectural Digest. Sin embargo, la joya que sin duda es considerada como la más imprescindible del hogar para Khloé es su clóset para zapatos, o más bien dos de sus habitaciones convertidas en una enorme caja fuerte para zapatos: "No tengo hijos, entonces, ¿por qué no?".