Kim Kardashian y Kanye West quieren que el día de su boda todo salga perfecto, tanto que más que una ceremonia parece una operación de la CIA. Los invitados tendrán que firmar un acuerdo de confidencialidad y entregar sus teléfonos móviles por petición de la pareja, para evitar que se filtre cualquier fotografía o vídeo no autorizado.
Estas enormes medidas de seguridad han llegado a pensar que la pareja podría haber llegado a un acuerdo en el que grabarían su boda para un especial de televisión, y ésta sería la única cámara que podría filmar el enlace, de ahí a que los demás no puedan hacer fotos ni vídeos.
Tienen miedo a que se filtren fotos en internet
La boda se celebrará en el Chateau d'Usse, en París el 24 de mayo y la pareja ha asegurado que no quiere que se repita lo de la propuesta de matrimonio de Kanye a Kim, que se filtró en Internet por el cofundador de YouTube, Chad Hurley.
"Los dispositivos móviles se guardarán en un lugar seguro y si alguien necesita usarlo durante la celebración, se harán adaptaciones" dijo una fuente. "Todo esto está diseñado para desalentar a los huéspedes el uso de sus teléfonos".