Desde que se produjera el robo, la celebrity regresó a Estados Unidos y se refugió con su familia en su casa. Desde entonces se ha dejado ver muy poco, por las consecuencias psicológicas que sufre tras el atraco a punta de pistola. Aparte de las consecuencias psicológicas, respecto a las materiales, a Kim Kardashian le robaron joyas valoradas en 11 millones de euros, aunque lo que más le ha dolido es perder es el segundo anillo de compromiso que Kanye West le acababa de regalar.
Otra consecuencia fue el paro que sufrió la grabación de su reality, hasta que hace unas semanas se retomó la grabación del programa de telerrealidad. En el último episodio, la celebrity ha confesado sufrir ataques de ansiedad: "He estado teniendo últimamente ansiedad por cada última cosa", le dijo Kim a su amigo Jonathan Cheban. También relató tener miedo al conducir sola y en autopistas, como informa E!.
"Solo quiero superar la ansiedad y encontrar la forma de vivir como lo hacía antes", contaba una preocupada Kim Kardashian. "Mi padre vivió su vida al máximo y ahora tengo todas estas fotos que puedo mirar hacia atrás" dijo Kim. "Yo sé que él nunca vivió en el miedo y no quiero arruinar todos los recuerdos con mis hijos debido a mi propia ansiedad".
Tiene el apoyo de toda su familia, que está en cada momento a su lado: "Lo último que mi padre me dijo fue: "Yo sé que estarás bien. Eres fuerte". Así que no quiero volver a no vivir de acuerdo con eso", confesó la mujer de Kanye West.
Su guardaespaldas fue despedido después de la tragedia
Tras el robo en la capital francesa, Pascal Duvier fue despedido junto a su gran equipo, que protegía a la familia Kardashian, aunque tras el atraco Kim Kardashian no culpó a su guardaespaldas "porque él estaba haciendo el trabajo que se le ordenó", confesó días después de lo sucedido.