Han pasado más de tres semanas desde que saltara a la luz el polémico robo a la estrella Kim Kardashian. Poco después del altercado, la familia Kardashian-Jenner reconoció que tenía miedo y que reduciría sus apariciones ante los medios de comunicación y que reforzará su cuerpo de seguridad.
Poco a poco, Kim Kardashian está volviendo a hacer vida normal, según informa una fuente a Daily Mail. El martes 25 de octubre, la estrella de 36 años de edad, acudió por la noche, al concierto de su marido Kanye West en California. Kim tenía la intención de que no fuera descubierta, ya que según salió de su coche se dirigió rápidamente a la parte trasera del local. Varios guardias se quedaron vigilando en la entrada del concierto, mientras que Kanye y Kim estaban dentro protegidos por dos guardaespaldas. La madre de Kim, Kris Jenner tampoco quiso perderse el concierto y acudió con su novio Corey Gamble a juego con un vestuario de camuflaje.
Una vida tranquila tras el robo en París
Un día antes la estrella hizo otra aparición, pero esta vez en un sitio más íntimo. Junto a su amigo Jonathan Cheban, la estrella se dirigió a un lugar donde vendían yogur helado, situado en un pequeño centro comercial de Beverly Glen, cerca de su casa de Bel-Air.
Kim, que llevaba una sudadera ancha que no mostraba sus voluminosas curvas, parecía que estuviera bastante más delgada que de costumbre. Y es que estas tres semanas, según informa dicho medio, Kim Kardashian: " Ha pasado tiempo en casa jugando con los niños. También observó gran cantidad de películas y estuvo leyendo libros. Y además, pasó mucho tiempo en la casa de su madre y cenando con Kourtney y Khloe".