El lunes 21 de noviembre, el rapero Kanye West fue hospitalizado por agotamiento en el centro médico UCLA. Su entrenador personal Harley Pasternak, fue el encargado de avisar a la policía de que el cantante estaba actuando de manera errática. Inmediatamente después de conocer la noticia, su mujer Kim Kardashian, canceló su asistencia a una gala benéfica en New York para coger el primer vuelo a Los Ángeles y así estar al lado de su marido.
Kanye West se resistió a ser trasladado al hospital y fue sometido a una evaluación psiquiátrica, se encontraba estable cuando llegó al hospital. El médico confirmó que el rapero había tenido una 'psicosis temporal' provocada por la deshidratación y el agotamiento, según informa TMZ. Este diagnóstico no sorprende en absoluto, ya que durante las últimas semanas, y sobre todo tras el robo de su mujer, Kanye West no estaba pasando por su mejor momento. "Ha sufrido una combinación de gran cantidad de problemas como: estrés, ansiedad o paranoia. Al final se ha roto", informo una fuente a ET.
Su esposa y todos sus allegados más cercanos, están muy pendientes de la situación por la que está pasando el rapero. "Por supuesto que está recibiendo el apoyo que necesita en este momento. La familia y los amigos están con él. Kim está siendo increíble. Al igual que todos sus amigos, equipo y círculo más cercano", informa una fuente próxima al cantante a la revista People.
Aniversario de la muerte de su madre
Todo esto ocurre, prácticamente un año después de que muriera la madre de Kanye West, Dona West, después de unas complicaciones derivadas de una operación de cirugía estética. Una fuente ha informado a DailyMail de lo siguiente: " El aniversario de la muerte de su madre le añade mayor estrés emocional. En esta época del año siempre tiene mucho dolor. Se guarda todo el dolor, pero a veces es difícil".