Estamos acostumbrados a ver las inmensas fiestas que los famosos suelen celebrar cuando se casan: mansiones, piscinas, grandes jardines, dj's... Pero si se trata de Kim Kardashian y Kanye West, nada es suficiente. Recientemente se daba a conocer que los dos harían un tour por el Palacio de Versalles para los invitados a su boda. Dicho y hecho: la pareja volvió a pagar una desorbitada cantidad de dinero para dar una fiesta de pre-boda al más puro estilo Kardashian: vestidos de época, carros con caballos, y un precioso lugar: el salón de espejos del Palacio de Versalles.
Unos 600 invitados más un centenar de personal para atender la fiesta pudieron disfrutar del evento, que se ambientó en el romántico siglo XVII. El precioso salón de los espejos de Versalles fue el elegido para que una gran orquesta, por supuesto, vestida con atuendos del siglo XVII, tocase bajo los grandes candelabros que colgaban del techo.
Fuegos artificiales y champán para celebrar el enlace
Lana Del Rey actuó enfundada en un dorado vestido en exclusiva para la pareja y sus invitados, interpretando la canción favorita de Kim, 'Young & Beautiful'. Más tarde, la cantante posó junto a los prometidos Kim y Kanye y su familia. Kardashian sorprendió a todos con un atuendo blanco con un arriesgadísimo escote y una gran abertura lateral con sandalias doradas, mientra que West optó por un traje beige dejando al descubierto parte de su pecho.
La fiesta también incluyó un precioso espectáculo de fuegos artificiales que duró alrededor de 7 minutos. Entre los invitados, además de la familia de la pareja, se encontraban Jonathan Cheban, Simon Huck, el entrenador personal Gunnar Peterson, el diseñador de Lanvin, Alber Elbaz (que vistió a Kardashian para su portada de Vogue y para la Gala MET 2014), y artistas como Johnny Depp o la cantante Beyoncé.
Durante la fiesta, el rapero Kanye West dio un discurso en el que confirmó que la boda finalmente tendría lugar en la bonita ciudad italiana de Florencia, este sábado 24 de mayo de 2014, la cual celebraron a lo grande con las mil botellas de champán de las que disponían en la fiesta. La puesta en esecena fue espectacular: flores frescas, obras de arte y tropas de mosqueteros iban llegando al Palacio de Versailles para ponerlo todo a punto antes de las siete de la tarde, hora de citación de los invitados. Si su fiesta pre-boda es de estas características, no imaginamos como será la de su boda...