Desde 2018 Ye llevaba viviendo gran parte del año en el rancho que la pareja tenía en Wyoming, visitando puntualmente Los Ángeles, ciudad en la que anteriormente vivía con su esposa y sus cuatro hijos. Era la empresaria la que en muchas ocasiones viajaba hasta el otro estado para que su familia siguiese unida, pero finalmente acabó perdiendo las ganas y la paciencia. Con este panorama, la hija de Kris Jenner fue la que pidió quedarse viviendo en la enorme mansión de Hidden Hills ya que ella seguía haciendo su vida allí, igual que sus hijos, estando además así cerca del resto de clan Kardashian-Jenner, que viven cerca suya.
Esta propiedad presentaba una pequeña problemática fácil de resolver para que Kim Kardashian pudiese ser única propietaria de la casa. Cuando la pareja la compró en 2014, poco después de casarse, fue la magnate del maquillaje la que pagó el terreno mientras que el rapero fue el que pagó la casa que había en él. Esto es algo muy común que hacen las celebridades a la hora de comprarse una casa porque así consta como un fideicomisio, algo que impide que conste públicamente a quien pertenece ese terreno y esa propiedad y así no se podrá saber exactamente donde viven.
Kim Kardashian era ahora única propietaria
La decisión de Ye de irse a vivir al rancho fue, sin duda, la estacada final para su matrimonio con Kim Kardashian. Así lo reconocido ella durante un episodio de su reality familiar: "Él va y se muda a otro estado diferente cada año. Tenemos que estar juntos para poder criar a nuestros hijos", decía llorando en una íntima conversación con sus hermanas: "Yo no puedo hacer eso, Debería de tener una esposa que le apoye en cada uno de sus movimientos y que viaje con él y yo no puedo".