Kiko Rivera actuó el pasado viernes 18 de agosto en Fuengirola, localidad malagueña en la que no se le esperaba, o así al menos lo relatan algunos testigos : "Que yo sepa no había ningún cartel de él ni nada y de repente a las 12 de la noche apareció a pinchar allí".
Entre tanto, se subió al escenario e intentó darlo todo -con sus gallos incluidos- mientras cantaba y pinchaba. Parece que tuvo un momento en que no se aguantaba más y a pesar de que todas las miradas del lugar apuntaban hacia él, no se cortó ni un pelo.
El hijo de Isabel Pantoja introdujo su dedo en la nariz para urgarse sin parar en busca de algo que nadie que saber, aunque está claro que era un moco. Acto seguido sacó el dedo, aunque los presentes no saben que llegó a hacer con él, porque incluso hay quien se plantea que se lo tiró al público. El mismo testigo que no se esperaba que pinchara fue el que fotografíó el desagradable momento : "De repente se subió ahí, se puso a cantar, a pinchar y justo la foto, ¡tracatá!".
Y él a su bola
Puede que Kiko Rivera haya sido visto haciendo cosas poco apropiadas, pero seguro que este hecho se ha quedado grabado en la retina de muchas personas, aunque él, como es de esperar, le da absolutamente igual. Ahora está disfrutando de sus vacaciones con su hermana Chabelita Pantoja en Ibiza, acabando con los rumores que apuntaban a un nuevo enfado entre hermanos.
También ha querido celebrar su aniversario con Irene Rosales disfrutando de una apetecible comida y ha enseñado al mundo su nuevo compañero, y es que la familia ha adquirido un perrito Weimaraner de color gris al que han llamado Blue