El problema le llegó el septiembre de 2015 después de ser sancionado por los agentes de tráfico, retirándole puntos y durante seis meses el carné de conducir. Tras la sanción, Kiko Rivera cometió el error de ponerse al volante en mayo de 2016, incumpliendo la ley. Algo de lo que se arrepentiría más tarde y que le salió muy caro porque una ciudadana decidió de denunciarle.
Desde ese momento Kiko Rivera decidió ponerse serio, no volvió a conducir sin carné y se puso manos a la obra para estudiar y poder superar el test de 30 preguntas como finalmente ha hecho.
Un peso de encima
Para Kiko Rivera era importante sacarse el carné, sobre todo teniendo en cuenta que su mujer, Irene Rosales, está embarazada y podrían necesitar el coche para alguna urgencia en cualquier momento. Por otro lado, de esta manera podrán hacer más planes en familia o no tener que contar con nadie para poder cumplir con sus compromisos profesionales.