De momento ya se ha hecho la idea de que no volverá a ver y mantiene el ánimo a pesar de que puede que pierda la visión en el otro ojo: "En el ojo izquierdo tengo visión suficiente. Me dieron una serie de recomendaciones que no he cumplido. Prefiero mi calidad de vida que la que otros entienden".
Su enfermedad es irreversible y de momento hay cosas que no puede hacer, como ha matizado: "Hay deportes que ya no puedo hacer. Y como también tengo astigmatismo, por la noche ya no conduzco y por el día cada vez cojo menos el coche".
Con optimismo
Su filosofía de vida ha cambiado, no obstante, intenta ser optimista y sonreír, abierto a todo lo bueno que esté por venir. A lo que se aferra es que según los médicos esto puede que no vaya tan rápido, y que perder la visión por completo tarde diez años más.