Pues tras otras de especulaciones, fue ella misma la que acabó abordando el tema a través de, precisamente, sus redes sociales. Lo primero que hizo fue emitir un vídeo en directo en su perfil junto a su hermana Kim Kardashian para mostrarse en tiempo real delante de la cámara sin filtros ni retoques e incluso sin apenas ropa para dejar constancia de que su cuerpo si es como ella misma muestra en sus fotos.
"Mi cuerpo, mi imagen, cómo luzco y qué comparto es mi elección"
Reconoce que, desde que saltó a la fama ha tenido que escuchar y leer de todo sobre ella ("Khloé es la hermana gorda", "Khloé es la hermana fea", "Su padre no debe de ser su padre biológico porque ella es muy diferente al resto", "La única forma en la que pudo perder peso tuvo que ser con operaciones", enumera), siempre amparado en que, como sale en un reality show, ella ha firmado un contrato aceptando todo esto. "Por supuesto que no estoy reclamando simpatía, pero simplemente estoy pidiendo que se reconozca como un ser humano que soy".
La empresaria reconoce que durante más de una década todas y cada una de las fotografías sobre ella "ha sido microanalizadas para hacer chistes de pequeños detalles" que recuerda todos los días de su vida. "Si empiezas a escuchar algo muchas veces, te lo acabas creyendo", añade: "Esto es solo un ejemplo de que como he estado condicionada sobre cómo me siento, que no era lo suficientemente bella siendo yo misma". Por eso, asegura, ha tenido siempre un máximo control sobre su propia imagen y como esta se proyecta al mundo: "Mi cuerpo, mi imagen, cómo luzco y qué comparto es mi elección. Ya no hay nadie que decida o juzgue que es aceptable o no".