El pasado domingo aparecía en internet una fotografía de Khloé Kardashian en bikini y todo el mundo se fijaba en lo mismo: ese cuerpo es diferente al que acostumbra a lucir la propia empresaria en sus posados en las redes sociales. Un hecho que abría un viejo debate que parece nunca abandonar a las hermanas Kardashian-Jenner: ¿Es capaz Khloé de modificar tanto su cuerpo con programas de edición de fotografía? Una polémica que no dejó de ir a más en cuanto se descubrió que la protagonista estaba moviendo cielo, mar y tierra por conseguir que esa imagen desapareciese de internet. ¿Qué pretendía ocultar entonces?
Pues tras otras de especulaciones, fue ella misma la que acabó abordando el tema a través de, precisamente, sus redes sociales. Lo primero que hizo fue emitir un vídeo en directo en su perfil junto a su hermana Kim Kardashian para mostrarse en tiempo real delante de la cámara sin filtros ni retoques e incluso sin apenas ropa para dejar constancia de que su cuerpo si es como ella misma muestra en sus fotos.
Tal y como ella misma explicó posteriormente en un comunicado, la fotografía de la discordia "es bonita", pero el hecho de que estuviese sacada con "mala iluminación" y que no capturase "mi cuerpo en la forma en la que realmente está después de entrenar tan duro para estas así" no es algo agradable para "alguien que ha estado luchando con su imagen toda la vida".
"Mi cuerpo, mi imagen, cómo luzco y qué comparto es mi elección"
Reconoce que, desde que saltó a la fama ha tenido que escuchar y leer de todo sobre ella ("Khloé es la hermana gorda", "Khloé es la hermana fea", "Su padre no debe de ser su padre biológico porque ella es muy diferente al resto", "La única forma en la que pudo perder peso tuvo que ser con operaciones", enumera), siempre amparado en que, como sale en un reality show, ella ha firmado un contrato aceptando todo esto. " Por supuesto que no estoy reclamando simpatía, pero simplemente estoy pidiendo que se reconozca como un ser humano que soy ".
La empresaria reconoce que durante más de una década todas y cada una de las fotografías sobre ella "ha sido microanalizadas para hacer chistes de pequeños detalles" que recuerda todos los días de su vida. " Si empiezas a escuchar algo muchas veces, te lo acabas creyendo ", añade: "Esto es solo un ejemplo de que como he estado condicionada sobre cómo me siento, que no era lo suficientemente bella siendo yo misma". Por eso, asegura, ha tenido siempre un máximo control sobre su propia imagen y como esta se proyecta al mundo: " Mi cuerpo, mi imagen, cómo luzco y qué comparto es mi elección. Ya no hay nadie que decida o juzgue que es aceptable o no ".