La chica buena también ha sido mala, y no ha tenido en confesar cómo era su vena rebelde. La supermodelo acudió a la alfombra roja con un secreto complemento: un piercing en el pezón.
Siempre ha tenido presencia de chica buena, y cualquiera diría que tiene una faceta mala con esa cara angelical que tiene; sin embargo, Kendall Jenner también ha tenido una etapa rebelde y muestra de ello es el descubrimiento de su complemento mejor guardado: un piercing en el pezón.
Tras la aparición en un desfile, un detalle en unos de sus pechos hizo llamar la atención del público, que rápidamente comenzó a rumorear que se trataba de un piercing. En su últimas declaraciones a Page Six ha hablado acerca de su misterioso pendiente y porque ha decidido dejar de esconderlo. "Sí, tengo un piercing en el pezón. Estaba pasando por un período complicado en mi vida, estaba en una época rebelde y me decidí a hacerlo", confesó, pero sus afirmaciones no solo quedaron aquí y fue más allá: "Estaba tan aterrorizada, pero luego no fue tan malo como todo el mundo lo hacía parecer".
Rompe los moldes
La noticia sobre el piercing de la nueva reina de las pasarelas ha pillado a todos por sorpresas, la verdad que nadie esperaba esta sorpresa. La joven Jenner es la más correcta y formal de todo el clan Kardashian-Jenner, y siempre está al margen de las polémicas. Se desconoce si Kris Jenner, su madre, tiene conocimiento sobre este pendiente, pero de no ser así seguramente se enfade como ya sucediera con la operación de labios de su hermana menor Kylie.