Kelly Osbourne derrocha felicidad después de comprometerse junto a Matthew Mosshart, con quien mantiene una relación estable desde hace un par de años. Pero esta vez la cantante ha vuelto al pasado para sincerarse sobre sus situaciones difíciles en una entrevista concedida a la revista Cosmpolitan de Reino Unido que saldrá en septiembre.
En ella ha confesado que " he estado en rehabilitación en siete ocasiones y en dos instituciones de salud mental", en las que contó con el apoyo de su madre Sharon Osbourne. También ha confesado que " mi madre me puso en una celda acolchada para asustarme. Pero me senté y vio que no iba a funcionar".
Asimismo, Osbourne ha hablado sobre el cáncer que sufrió su madre hace diez años, donde ha dicho que "cuando tenía 18 años iba a actuar con Lindsay Lohan en 'Ponte en mi lugar'. Entonces a mi madre le diagnosticaron cáncer. Tuve que elegir entre una carrera o lo que podrían ser los últimos días de la vida de mi madre ". Y fue entonces cuando decidió alejarse del mundo de las drogas.
La elección la tenía clara y " me convertí en enfermera de mi madre. Le daba sus inyecciones y medicamentos cuando tenía convulsiones. Incluso tuve una plaza de aparcamiento en el hospital. Fue horrible". Más tarde, Ozzy Osbourne tuvo en accidente de tráfico, en el que se quedó prácticamente parapléjico.
La familia Osbourne y su adicción
La lucha de la familia Osbourne por su adicción siempre se ha sabido. Ozzy abusó de las drogas y el alcohol durante 20 años, antes de ingresar en el Centro Betty Ford antes de que naciera Kelly. Su hermano, Jack también fue tratado por su adicción a las drogas y al alcohol con 17 años. Ambos eran adictos y la cantante confesó que era muy egoísta y lo "quería todo para mí". Kelly aprendió que "ninguna terapia o medicamento funcionará si tu no lo deseas".