Keira Knightley se casa con su novio, la estrella de rock Jame Righton, en su pintoresca casa de campo situada en el sur de Francia. La pareja se conoció en 2011 al presentarle un amigo en común y se comprometieron el pasado verano. A pesar de que la pareja se intercambie sus votos, según la legislación francesa no serán marido y mujer hasta que no hayan firmado el registo en el Reino Unido.
A pesar de que se podrían haber permitido una lujosa boda, la pareja ha decidido algo más íntimo y de su estilo. La celebración contará con menos de 50 invitados que serán los mejores amigos de la pareja y la familia. Al enlace acudirán invitados como la actriz Sienna Miller, y tendrán como vecinos a Brad Pitt y Angelina Jolie, dueños de una casa cercana.
Knightley voló a Francia a principios de esta semana para ayudar a su madre, Sharman Macdonald, con los preparativos de la boda. Su madre era la encargada de dirigir la operación sobre el terreno, según informa Daily Mail.
El inmueble se encuentra situado en plena naturaleza protegida por coníferas y con 20 hectáreas de viñedas y olvidos, cerca de un pueblo medieval en la Provenza. La casa cuenta con ocho dormitorios y "algunos de la familia se quedan a dormir y otros se han reservado los hoteles locales ". Y ya está todo preparado en el jardín: está decorado con banderines, una hamaca grande roja y una gran carpa blanca con dos picos que se asoma por encima de los árboles.
Preparativos de boda
La pareja ha contratado para la ocasión a un equipo de caterig para la recepción y 120 botellas de vino local rojo, rosa y blanco de Minuty Chateau. Para amenizar la boda, además, tocará la banda de la que forma parte Righton denominada Klaxons. Y el atuendo para la ocasión será un vestido diseñado por Karl Lagerfeld para Knightley, y James llevará una camiseta y unos pantalones vaqueros en vez de un traje.
Uno de los invitados al evento declaró a Daily Mail: " Es un hermoso lugar para la boda. Son muy afortunados. Es el momento perfecto del año para la celebración por el buen tiempo". "Querían hacer una fiesta donde podían estar toda la noche sin molestar a nadie". Knightley había pedido a los huéspedes llegar por separado para evitar llamar la atención.