Aunque, sin embargo, también hay quienes prefieren deshacerse de algunos de sus bienes más preciados para suplantarlos -o al menos intentarlo- por otros mucho mejores. Y eso mismo es lo que ha ocurrido con la actriz Keira Knightley, quien ahora se ha animado a lanzar al mercado uno de sus más grandes enseres personales. Y no es otra cosa que su magnífico y radiante apartamento de Nueva York. Una de esas joyas que sólo las figuras más afamadas y pudientes del planeta son capaces de adquirir y mantener y que, a día de hoy, ya tiene nuevo propietario.
Por su parte, hay que decir que la razón por la que la intérprete de la saga de 'Piratas del Caribe' ha decidió poner en venta esta peculiar mansión todavía se desconoce. Aunque lo cierto es que, seguramente, no hayan sido ni la falta de privacidad, ni de exclusividad, ni tampoco de espaciosidad los motivos por los que esta figura de la gran pantalla se haya animado a tomar esta importante decisión. Porque si hay algo que pueda definir mejor tanto el exterior como el interior de esta vivienda es la singularidad que todos y cada uno de sus rincones ofrecen.
Desde su vestíbulo hasta incluso el último detalle que cuelga de sus cuidadas paredes. No hay nada que se pase por alto en el que, durante más de año y medio, ha sido cobijo de anécdotas y vivencias para la protagonista de 'Orgullo y prejuicio'. Para empezar, descubriendo la ubicación en la que se halla dicho apartamento, cualquier podría ser capaz de intuir lo que tras sus muros uno puede encontrar, además de evidenciar la categoría y la imagen que una estrella de cine suele rendir a cada una de sus viviendas.
Con rasgos de inspiración japonesa
Además, posiblemente tanto su transformación como la asignación de un cierto estatus a la zona, con el nacimiento de nuevos negocios a lo largo de todo el distrito, también se convirtieron en puntos relevantes a la hora de llamar la atención de la actriz tiempo atrás. Aunque, sin ninguna duda, el apartamento ya se encargada de hablar por sí solo, sacando cada una de sus fabulosas cualidades a relucir. En primer lugar, con las dimensiones y el gran especio que ofrece, desplegando todas sus cualidades en un total de 350 metros cuadrados.
Por supuesto, no se trata de un hogar cualquiera, y es que cada una de las estancias que conforman este hogar logra superarse por encima de las expectativas de cualquier persona. Así, desvelando primero sus rasgos más comunes y generales, hay que decir que la vivienda se encuentra distribuida en dos amplios pisos, conectados por una bonita y elegante escalera de caracol en madera. Éste, además, será uno de los materiales principales que acompañe a muchos de los detalles que este apartamento neoyorquino alberga en su interior.
Asimismo, y ya entrando en rasgos más específicos, su totalidad se encuentra presidida por tres dormitorios, dos baños y medio, una cocina completamente equipada, un estudio, un comedor con cabida para siete personas y un patio privado de 84 metros cuadrados. Sin duda, todo lo necesario para encontrar la paz y la relajación necesaria tras una dura jornada de trabajo. Y si a todo ello, además, se le añaden los rasgos tan meticulosos que caracterizan a cada una de sus habitaciones, la perfección no podría estar mejor reflejada.
Techos de 7 metros de altura que permiten la entrada de abundante cantidad de luz, puertas decoradas al más puro estilo japonés, paneles de vidrio o de seda bordada a mano, vigas de madera, suelo radiante... Un cuidado exhaustivo por hacer de un hogar un entorno verdaderamente idílico que ahora Keira Knightley ha logrado vender por nada más y nada menos que 6 millones de dólares. Y todo ello gracias, en gran parte, a la agencia inmobiliaria Keller Williams NYC.
Un apartamento donde lo moderno y lo hogareño se funden en un extenso espacio de ensueño y que, desde hace muy poco, ha conseguido cautivar la curiosidad de una nueva "presa". Y es que, a pesar de haber solicitado en un momento la cantidad de 6.6 millones de dólares por su apropiación, parece que las ganas de dar con un nuevo comprador han acabado reduciendo su precio en 600.000 dólares. Nada mal si se tiene en cuenta tanto la situación como las particularidades con las que ahora su propietario puede toparse. Un lujo al alcance, tan solo, de unos pocos.