Keanu Reeves está muy cerca de celebrar su 60 cumpleaños, y ha sido con motivo de esta fecha tan destacada en su calendario cuando ha concedido unas declaraciones a BBC News en las que no ha dudado en hablar sobre la idea que tiene en la muerte, algo que tiene presente en su mente prácticamente a diario. El actor ha comentado que piensa en la muerte todo el tiempo. "Pero eso es bueno. Espero que no me incapacite, sino que, por el contrario, me anime a apreciar la energía que tengo y todas las relaciones que aún puedo entablar", ha comentado.
Para él puede llegar a ser un pensamiento obsesivo, si bien es cierto, pensar en que puede que muera pronto le hace valorar más la vida y tener energía cada día para seguir adelante. La muerte la pudo esquivar muchos años atrás, allá por 1989, cuando sufrió un accidente de moto, y una entrevista con Rolling Stone, comentó: "Recuerdo haber pensado: 'Voy a morir'. Yo llamo a eso un viaje del demonio".
No es solo su afición al peligro lo que ha alimentado la obsesión de Keanu Reeves por la muerte, ya que ha vivido momentos muy dolorosos porque ha sufrido la pérdida de personas muy importantes en su vida. Una muerte que le afectó mucho fue la de su amigo River Phoenix, hermano de Joaquin Phoenix y también actor. Con él pudo trabajar en 'Te amaré hasta que te mate' (1990) y 'Mi Idaho privado' (1991), por lo que forjaron una buena amistad, pero en 1993 Phoenix sufrió un colapso por sobredosis a la salida del famoso club Viper Room y murió rápidamente.
En 1999, cuando el éxito llegó a su vida gracias 'Matrix', vivió una pérdida brutal, y el que parecía ser su mejor año, se convirtió en el peor. Su pareja, Jennifer Syme, embarazada de ocho meses, dio a luz a su hija Ava, que nació muerta. Syme y Reeves solo llevaban saliendo un año, y la muerte de su hija hizo que su relación se viera muy dañada, rompiendo.
La mayor pérdida del actor
Pero la tragedia no terminó ahí, porque en 2001 Syme perdió la vida tras chocar con varios coches aparcados después de asistir a una fiesta en casa de Marilyn Manson. Con tan solo 28 años murió a causa de todas las heridas que sufrió. Ahora ve la vida de otra manera por todo lo que ha experimentado a lo largo de los años, y ha contado que nunca ha podido desprenderse de esta idea omnipresente de la muerte, aunque ha sabido canalizar este pensamiento: "Hay algo en el gesto creativo que surge del dolor".