Están siendo días complicados para Katy Perry. Con toda la ilusión con la que anunció a través de su videoclip 'Never Worn White' que se estrenará como madre junto a Orlando Bloom en verano de 2020, la cantante está viviendo unos primeros días de 'embarazo público' bastante complicados.
Y es que la artista acaba de perder a su abuela paterna Ann Pearl Hudson a los 99 años. Una triste noticia que recibía mientras estaba en Melbourne actuando en la Copa Mundial de Cricket Femenino, su primera actuación tras dar la gran noticia de que será mamá.
Horas después del fallecimiento de su abuela, Katy Perry ha escrito un precioso mensaje en su cuenta de Instagram: "No sé cuándo un alma entra en un vehículo nuevo, pero si en el más allá hay una sala de espera del ir y venir, me pregunto si el alma que está esperando entrar en mi mundo recibirá un beso en la frente de mi dulce abuela que partió de esta tierra ayer. Mi corazón lo espera así. Siendo honesta, mi abuela probablemente tenga una copa de su vino favorito listo a su llegada a esta vida después de la muerte. Y naturalmente un look muy moda, joyas incluidas", ha escrito.
La emotiva despedida de Katy Perry a su abuela
Unas palabras que incluso hacen sacar una sonrisa en un momento muy gris a las que ha acompañado un carrusel de fotos en diferentes momentos compartidos junto a su abuela en todo tipo de eventos sociales, incluido uno con Barack Obama.
Y con ese precioso mensaje, Katy Perry continúa con su día a día, ofreciendo diferentes entrevistas en las que, además de hablar de su nueva música, por supuesto está hablando de su embarazo. En las últimas, al ser preguntada por si conoce el sexo del bebé -después de haber confesado en Melbourne que le gustaría que fuera niña-, ha asegurado que todavía no lo saben, sin concretar si, el día que sí lo sepan, lo contarán.
Lo que sí ha contado es los extraños antojos que está teniendo. En una conversación con 'Smallzy's Surgery' ha detallado que no sale de casa sin una botella de tabasco: " No soy fanática de las comidas picantes, pero de pronto lo que quiero es comer especias", decía explicando que una amiga le había regalado, incluso antes de quedarse embarazada, una botella de edición limitada de tabasco a la acudió con mucha ansia: "¡Eres mi santo grial, te llevaré a todas partes!", se dijo a sí misma.