Sin saberlo ni quererlo, Katy Perry se ha visto en medio de un enfrentamiento entre China y Taiwán que lleva activo desde hace 65 años. La cantante despertó la cólera del dragón asiático en las redes sociales chinas al ponerse la bandera taiwanesa durante su concierto en la isla.
Eligó para la ocasión un vestido de girasoles, que es el símbolo de las revueltas estudiantiles que se dieron en la isla durante 2014. Ante tanto malentendido, su representante aún no se ha pronunciado. Sin embargo, el organizador del concierto sí lo hizo.
Desafortunadas casualidades
El organizador salió en defensa de la cantante diciendo en referencia al vestuario: "el vestido de girasoles forma parte de su armario, y no tiene ningún significado político". Y en cuanto a la bandera aseguró que "no fue premeditado".