Aunque parecía que el matrimonio entre Kim Kardashian y Kanye West estaba a punto de llegar a su fin tras salir a la luz una importante crisis entre la pareja, el rapero y la empresaria han conseguido solucionar sus problemas y dar comienzo a una nueva etapa en su relación viviendo separados (algo que supuestamente llevan haciendo ya un tiempo sin que nadie lo supiese). Tras unas vacaciones familiares en República Dominicana y unos días en Miami, Kim Kardashian volvía a Los Angeles con sus cuatro hijos (North, Saint, Chigado y Plsam) mientras que Kanye West se instalaba de nuevo en el rancho que tienen en Wyoming.
Una fuente cercana a la pareja contó para la revista People que la hija de Kris Jenner estaba enfocada en salvar su matrimonio y que estaba dispuesta a hacer todo lo posible para seguir adelante: " Ha aceptado que Kanye viva en Wyoming ", e incluso que siga adelante en su carrera para convertirse en Presidente de los Estados Unidos este 2020. Eso sí, la empresaria no ha estado dispuesta a mudarse con su marido y abandonar la vida que había construido en su ciudad natal, Los Ángeles, y en la que vive el resto de su familia.
"Realmente extrañaba a los niños"
Este parecía ser un buen primer acuerdo entre ambos para conseguir seguir adelante. Pero parece que para el rapero no está siendo fácil vivir alejando de la familia y apenas ha tardado unos días en tomar un vuelvo hasta Los Ángeles para pasar otra vez tiempo en familia: " Todavía está ocupado trabajando en su música y su campaña presidencial, pero realmente extrañaba a los niños ", aseguró otra fuente al mencionado medio.
La empresaria y el rapero pasaron todo el fin de semana en su enorme mansión en Hidden Hills. Allí estuvieron jugando con sus cuatro hijos y pasando más tiempo juntos para conseguir construyendo recuerdos juntos a pesar de la distancia que les separa ahora tan a menudo. La pareja ha tenido también tiempo de pasar tiempo con la hermana de Kim, Kourtney Kardashian, y un amigo de la familia, Harry Hudson, a juzgar por una imagen compartida en las redes sociales.
Mientras tanto Kanye West sigue imparable en su carrera hacia la Casa Blanca. Un hecho que, de hacerse realidad, convertiría a Kim Kardashian en Primera Dama de los Estados Unidos después de Melania Trump y Michelle Obama. Una campaña presidencial que no empezó con muy buen pie el rapero tras contar en uno de sus primero mítines intimidades de su matrimonio con la empresaria que nunca habían salido a la luz, como la posibilidad de aborto que se habían planteado antes de que naciese su primogénita, North West.
A este complicado capítulo de la pareja se le sumaron también posteriores brotes del trastorno bipolar que sufre el cantante y que le llevaron a publicar cosas verdaderamente impactantes en su cuenta de Twitter cargando contra el clan Kardashian-Jenner y concretamente contras u mánager, Kris Jenner, por haber permitido que su hija Kim hubiese hecho cosas de dudosa reputación como posar desnuda para PlayBoy.