El F.C. Barcelona se encuentra inmerso en una gira que les está llevando por distintos lugares de Oriente Medio, y que sitúa a los jugadores ahora de visita en Jerusalén. Allí, además de reunirse con Simón Peres, presidente israelí, han ejercido de auténticos turistas, acercándose al famoso Muro de las Lamentaciones.
Esta construcción, uno de los lugares más sagrados para la comunidad judía, se ha visto asediada por fans de los futbolistas, que no quisieron perderse cómo dejaban sus deseos escritos en un papel que luego introducían en alguno de los recovecos del Muro. Un rabino les explicó la historia del monumento, y los jugadores no perdieron detalle. Leo Messi fue uno de los más ovacionados de la jornada.
Todos ellos tuvieron que portar en sus cabezas el gorro tradicional, conocido como kippá. Cesc Fàbregas quiso compartir con sus seguidores de Twitter el momento en el que dejó su deseo en el Muro. " No voy a decir lo que he escrito, si no, no se cumplirá " bromeaba el presidente del Barça, Sandro Rosell.
Viaje conciliador
Este viaje, además de acercar al equipo a una cultura diferente, tiene una intención más profunda. Los jugadores esperan concienciar a israelíes y palestinos para que olvidaran sus diferencias y lleguen a un acercamiento: " Palestina e Israel tienen en común al Barça " comentó Rosell en la visita. Además del Muro, los integrantes del Barcelona, han estado en la Basílica de la Natividad de Belén, han viajado a Tel Aviv y han visitado a un grupo de niños enfermos junto al primer ministro del país, Benjamin Netanyahu. El Barça es de esos equipos para los que no hay fronteras.