La juerga de Sharon Stone en Madrid

Alta, guapa, simpática y sin competencia como la mujer más sexy. Sharon Stone ha estado en Madrid de 'incógnito' con motivo de un viaje de trabajo y placer que la protagonista de 'Instinto Básico' ha sabido aprovechar a la perfección.

Mediaset España le ha propuesto participar en un programa de televisión, que ella, sin dudar, aceptó a la primera. Le dijeron que tenía que dar una sorpresa a alguien y se prestó entusiasmada. Así, recién llegada de Los Angeles a la capital madrileña, se hospedó en el céntrico y lujoso Hotel Palace.

Stone se acomodó en su habitación, y después de tomarse un descanso, se preparó, se acicaló, aunque poco le hace falta a ella, que a sus 54 años está espléndida, luciendo una figura envidiable y un atractivo que se mantiene prácticamente inalterable.

De riguroso negro, y altísimos taconazos, luciendo unas impresionantes piernas, complementando el estilo con un sombrero blanco, la actriz, acompañada de tres amigas salió a divertirse por la noche madrileña. Montada en un Jaguar que le facilitó la productora, y custodiada por un fornido guardaespaldas, fue al restaurante que el prestigioso cocinero catalán Sergi Arola tiene en el Barrio de Salamanca de Madrid.

Sharon Stone estuvo de fiesta hasta las 3 de la mañana

Stone, que sabe cómo cuidar la línea, sabe también que no se puede privar de las delicatessen de la gastronomía española. Así estuvo tranquilamente degustando la cocina de Arola durante más de tres horas junto a sus amigas. Pero aquí no terminó la fiesta, sino que acababa de empezar.

La noche era de Sharon Stone, que fue a la coctelería Lecoq, una de las más prestigiosas y con más solera, visitada por numerosos rostros conocidos. Sin embargo, Stone pasó completamente desapercibida para la gente que salió esa noche a divertirse por Madrid.

Una mujer completa que sabe compaginar trabajo, placer y responsabilidad. A pesar de estar de juerga, no olvidó llamar a casa para preguntar por sus hijos y hablar con su chico, al que seguro que le contó cómo se lo estaba pasando.

Eran las dos de la mañana y la actriz no paraba de hablar por teléfono mientras se paseaba calle arriba calle abajo, mientras los transeúntes le miraban al pasar, muchos de ellos sin darse cuenta de que se trataba de la actriz de Hollywood. La juerga duró hasta las tres de la mañana, hora a la que la actriz después de divertirse durante todo el día, regresó al hotel para descansar.