Juan del Val, conocido por ser el marido de Nuria Roca, escritor y colaborador de la tertulia de 'El Hormiguero', es el protagonista de la última entrevista de la revista YoDona. En ella habla abiertamente de su cambio de su ideología política a lo largo de los años pasando de las Juventudes Comunitas, a votar al PSOE y ahora rechazar el devenir de este partido. También del feminismo y de las críticas.
Se define a sí mismo como "un chico de barrio al que le ha ido bien" tras haberlo pasado "mal" en sus años jóvenes: "Tuve problemas psicológicos y estuve en tratamiento psiquiátrico, me echaron de un par de institutos, empecé a trabajar en la obra...", creyendo desde siempre que "no había oportunidades para mí". Pero reconoce que "a base de trabajo, esfuerzo, introspección emocional y mucho tratamiento" hoy en día tiene una vida que "se parece a la que me gustaría tener".
"Denunciar las cosas malas de este Gobierno ya te coloca en la derecha"
Una vida que, con un gran peso público, ha generado una imagen y una narrativa sobre él que no es tal. " Si en un momento dado transmito cierta imagen de sobrado a mucha gente, pues algo de razón tendrán. Pero en esencia ese no soy yo ". Gran parte viene por las opiniones que da cuando se sienta a la mesa de 'El Hormiguero', lo que ha hecho que para muchos sea considerado como una persona de derechas.
Una opinión que le ha llevado a ir cambiando su forma de ver la política a lo largo de su vida. Con 15 años se afilió a las Juventudes Comunistas, luego las dejó y pasó a declararse votante de Izquierda Unida y del PSOE, cosa que ahora tampoco ocurre. "No puedo votar a este PSOE, porque está alejadísimo de lo que pienso", aunque no por eso se considera de derechas: "Me considero progresista, en el sentido de que soy la persona menos conservadora que conozco, aunque haya gente que me asocie con ideas de derechas porque critique a Pedro Sánchez y eso, por lo visto, es conservador ", reconoce.
"Vivo desde hace más de 25 años con alguien con más brillo y que gana más dinero que yo"
Para él lo que hace es "ser crítico con el poder independientemente de quien lo ejerza", pero ahora mismo el escenario social y político es "sectario" y su opinión se vincula con cierta política: "Vivimos en un mundo muy sectario donde denunciar las cosas malas de este Gobierno ya te coloca en la derecha. Y creo que hay políticos buenos, y malos, en todos los partidos".
Por eso también incluso considerarse progresista le chirría un poco en los tiempos que corren: "Es que la palabra progresista está tan enturbiada, tan pervertida... No soy conservador porque no tengo ningún dogma; ni respecto a los individuos ni respecto a la pareja... Soy ateo y creo en la ética, pero estoy muy lejos de la moralidad".
Por ello es un firme defensor del feminismo, pero no tanto de las formas que tiene el movimiento ahora mismo: " El feminismo es el movimiento más importante de los dos últimos siglos, y lo reivindico desde la acción. La ideología es comportamiento, no palabrería", poniéndose a él como ejemplo de cómo se vive en el feminismo: " Vivo desde hace más de 25 años con alguien con más brillo que yo, que ha ganado más dinero que yo.... Tengo un hijo de 22 años y el que se quedó en casa cuando nació fui yo ".
"Lo que no vale es decir 'el feminismo es esto y lo otro' y luego estar encausado"
Mostrándose crítico con aquellos que da lecciones y luego incurren en graves errores, como Íñigo Errejón, aunque no lo mencione directamente: "Luego han venido unos cuantos a darnos lecciones de lo que hay que hacer, de la conciliación... Lo que no vale es decir 'el feminismo es esto y lo otro' y luego estar encausado, como estamos viendo últimamente ".