José Fernando se ha vuelto a meter en un lío. El joven ha sido detenido por la Policía Nacional acusado de saltarse la orden de alejamiento dictada contra él y que le prohíbe acercarse a 200 metros de su expareja y madre del hijo que espera, María Jesús Rodríguez Gamaza, conocida como Michu.
Como señala El Diario de Sevilla, el suceso tuvo lugar el pasado domingo 30 de abril en Sevilla, y se produjo cuando fue a visitar al hospital a Michu, que se encuentra a punto de dar a luz al hijo de ambos, una circunstancias que no le exime de la citada orden de alejamiento.
Tras su detencion, fue puesto a disposición de los juzgados de Violencia sobre la Mujer de Sevilla, y el fiscal pidió para él que la orden se incrementara de los 200 metros actuales a 400. Sin embargo, el juez no quiso y decidió que se quedara todo como estaba.
Se da la circunstancia de que Michu no ha sido quien ha pedido la orden de alejamiento, e incluso ha llegado a criticar que José Fernando acabara en la cárcel por quebrantarla mientras personas como Urdangarin estaban en libertad. Los responsables de la orden fueron los juzgados de Jerez de la Frontera, que actuaron de oficio contra el hijo de José Ortega Cano y Rocío Jurado. Después, otro juzgado de Arcos de la Frontera confirmó la pena.
José Fernando Ortega Mohedano ha sido condenado en dos ocasiones a 6 meses de cárcel por saltarse la orden de alejamiento. En enero se le detuvo tras ser pillado con Michu en un aparcamiento de Arcos de la Frontera, mientras que en febrero fue arrestado cuando visitó a la joven en el hospital de Jerez, donde permanecía ingresada por sus problemas de corazón.
Agresión a la autoridad
A ello se une el incidente ocurrido el pasado 22 de abril, cuando fue detenido por agresión a la autoridad, ya que propinó dos puñetazos a uno de los agentes a la casa en la que estaba el hijo de Rocío Jurado y José Ortega Cano. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se habían personado allí alertados por un vecino que avisó por los ruidos incesantes emitidos desde ese domicilio a altas horas de la noche. Tras conocer los hechos, Ortega Cano lamentó lo mucho que está sufriendo con su hijo; ahora, al extorero le toca sumar un disgusto más a su maltrecho corazón.