El actor ingresó en rehabilitación por su adicción al alcohol cuando la exitosa serie de AMC terminó, momento que coincidió con la separación de su mujer, la actriz y directora de cine Jennifer Westfeldt, después de llevar 18 años juntos.
En cuanto a la terapia regular, Jon Hamm confesó que deriva de la pérdida de su padre, que murió cuando él tenía 20 años. Hamm se había mudado con él cuando tenía 10 años, después de que su madre muriera a causa de un cáncer. "Después de perder a mi padre, tenía esa terrible inercia paralizante terrible, y nadie en mi familia era capaz de tratar con ella", confesó el actor. "Entonces, ¿qué haces? Ir a ver a un profesional. Lo predico desde las cimas de las montañas. Sé que es un lujo y no es algo que todos pueden permitirse. Pero si se puede, tiene que hacerse. Es como un gimnasio mental".
No quiere ser un superhéroe
Jon Hamm ha dejado claro el tipo de película que no haría nunca: "Yo estaba muy reacio a involucrarme con cualquier material de superhéroes. Se necesita mucho tiempo, ya que no quieren una película, quieren tres películas con dos crossovers. Lo haces solo por la exposición", afirma el actor. "Es muy difícil conseguir dramas duros si no eres Matt Damon, Christian Bale, Denzel Washington o Ben Affleck. Eso es lo que ellos hacen y solo hay unas pocas vacantes. Hemos terminado con las capas y las mallas y los rayos láser y estamos empezando a ver películas serias que son para premios".