Desde que declaró que era alcohólico y que quería rehabilitarse no parar de salir trapos sucíos de Jon Hamm. Tras los 30 días que ha estado en rehabilitación, Hamm se ha apoyado en su familia, y es mejor que lo siga haciendo porque su pasado ha salido a la luz.
Esta semana se conocía la existencia de una sentencia de demanda de 1991, dirigida a Jon Hamm y sus compañeros de la fraternidad Sigma Nu. En la sentencia se acusaba a Hamm, de realizar novatadas violentas y peligrosas a su compañero Mark Allen Sanders.
Sanders contó una serie de detalles sobre las agresiones que había reicibido por parte de Hamm, como que le golpeó y metió su cara en el barro. También declaró que le propinó un golpe en el riñon y lo más impactante, llegó a prender sus pantalones y agarrar sus genitales con la pinza de un martillo.
En 1993 Ham tenía 22 años cuando recibió una orden de arresto por dichos actos vandálicos, pero no fue a prisión quedando en libertad condicional. Tras la sentencia, Hamm abandonó el colegio mayor y se fue a vivir con su hermana. No obstante, en una entrevista que realizó en 2012, achacó su marcha a la muerte de su padre.