Después de esta entrevista ha llegado otra en la que sin olvidar hablar del grave problema de salud del Príncipe Joaquín, se han centrado en otros asuntos más polémicos. La pareja ha hablado para Point de Vue, a la que han abierto las puertas de la casa en la que viven en París con sus dos hijos, el Príncipe Enrique y la Princesa Athena. En ella ha sido muy honesto sobre su papel de segundón dentro de la Familia Real Danesa como segundo hijo de la Reina Margarita, algo que parece que no siempre ha llevado bien: "Es más complicado. El Príncipe Heredero simplemente tiene que seguir el curso de los acontecimientos. Pero nada está definido para el segundo y la esposa de esta persona, ni por escrito ni en forma oral. No siempre es fácil. Tenemos que averiguarlo por nosotros mismos mientras nos mantenemos en el papel de número dos".
Además, recordó a su padre, el Príncipe Enrique, que siempre lamentó que su matrimonio fuera desigual al no haber sido nombrado Rey consorte: "Mi padre se familiarizó con la misma insatisfacción y nunca logró encontrar su lugar en la Familia Real", recordó el Príncipe Joaquín sobre el consorte real. Enrique de Dinamarca, nacido en Francia como Henri de Laborde de Monpezat no cambió de estatus en 1972 con la subida al trono de Margarita II. Se vio a sí mismo como una sombra de la Reina y manifestó en numerosas ocasiones su dolor por haberse sentido relegado mientras las mujeres de los Reyes varones sí son nombradas Reinas. El colmo llegó cuando en 2002 fue el Príncipe Federico el que asumió el lugar de Margarita II cuando ella estaba de baja, relegando así a su padre de número 2 a número 3.
A su muerte, y después de decir que no quería ser enterrado con la Reina en el interior de la catedral de Roskilde, donde tenía su espacio reservado, al sentir que no se le había dado en vida en lugar que le correspondía: "Si la Reina quiere que me entierren junto a ella, que me haga Rey consorte. Y punto". No lo hizo, pero sí respetó sus deseos. El que fue su marido durante 50 años fue incinerado y sus restos fueron repartidos en dos. Una parte se lanzó al mar Báltico, mientras que la otra fue a parar a los jardines del Palacio de Fredensborg.
Su vida en Francia
Por otro lado, la Princesa Marie ha contado en la entrevista que se siente más libre en Francia: "Es cierto que me siento un poco más libre. Esto puede permitirnos encontrar nuestro lugar, siempre con la misión de representar bien a la familia y a nuestro país". Lo que sí le preocupa es su hijo Enrique, que no parece estar tan cómodo con el hecho de ser un príncipe: "No estoy preocupado por Athena. Está muy familiarizada con su historia familiar. Es diferente para Enrique. Realmente no quiere que le recuerden quién es. Los niños no siempre son amables entre sí". De todos modos, el Príncipe Enrique ha hecho saber a su madre que está bien "Mientras estemos juntos".
Asimismo, su vida en Francia les hace felices, algo lógico teniendo en cuenta que en el país de origen de la Princesa Marie y que el Príncipe Joaquín es hijo de francés: "Me atrevo a decir que en cuanto crucé la frontera de Francia, me volví francés. Desde mi infancia, nunca he dudado de mis raíces francesas". Para sus hijos, la experiencia les está ayudando a conocer más la cultura y el idioma a pesar de que el confinamiento les ha obligado a parar, como a todo el mundo: "Estaban empezando a hablar bien francés y a conocer la cultura francesa, y todo se detuvo con el confinamiento".