Joaquín Cortés se enfrenta a una situación delicada por sus deudas, y es que a principios de año se supo que debía mucho dinero a su casero de Portugal. El bailarín dejó de pagar las correspondientes mensualidades del lujoso piso en el que vivía con su familia, y lo hizo durante 18 meses, por lo que el casero le demandó para recuperar el dinero de la deuda y también la casa.
Al parecer, Joaquín Cortés dejó de responder a sus mensajes y el juez por fin se ha pronunciado, por lo que ha recibido una orden de desahucio, sumado a pagar 55000 euros al propietario. Ha sido el medio Correio da Manha el que ha revelado que el bailarín no se presentó al juicio, y fue ahí donde el juez dio por probados todos los hechos.
Joaquín Cortés y Mónica Moreno en la fiesta del 30 aniversario de VogueLo cierto es que a pesar de que el propietario esté contento con la resolución, no cree que llegue a recuperar el dinero, y más porque no sabe nada de Cortés. "Espero pronto poder entrar a la casa para ver cómo está. El señor Joaquín dijo que me iba a devolver las llaves pero de momento no lo ha hecho ", ha dicho el casero al medio Dioguinho. Así que el propietario tampoco ha tenido acceso a su piso, por lo que no sabe en qué estado se la encontrará.
Fue el pasado 29 de abril cuando terminó el contrato de arrendamiento entre Joaquín Cortés y este propietario. Y aunque ha estado haciendo uso de un piso que no pagaba, las condiciones en las que vivía no eran muy favorables, porque hacía tiempo que se le quitó el gas al no haber abierto a la inspección de la empresa.
Joaquín Cortés y Mónica Moreno presentan a su hijo RomeoConocedor de sus circunstancias, Joaquín Cortés admite que sí debe dinero, aunque ha dicho que el piso no estaba en buenas condiciones. "¡Fue horrible! ¡No tenían la casa en buenas condiciones! Durante días no pudimos dormir en nuestra habitación, porque había muchos bichos, luego productos tóxicos... fue una experiencia horrible", dijo Mónica Moreno, su pareja y madre de sus hijos.
Otros problemas con una de sus viviendas
Per estos problemas no son una sorpresa en la vida de Joaquín Cortés, porque cuando era propietario de una casa situada en el madrileño barrio de Lavapiés, fue denunciado por no pagar los gastos de la comunidad. Debía más de 30.000 euros por no haber abonado ni la calefacción ni el agua y tampoco se hacía cargo de las derramas aprobadas en la junta de vecinos. Y lo que no entendían sus vecinos es que no pagara la cuota cuando no paraba de reformar la casa: "Realizó obras faraónicas y unió los dos pisos. Incluso, tiene un ascensor dentro de la casa porque su madre no goza de mucha movilidad", comentaron algunos vecinos.
