La aún mujer de Dani Alves ha sido cuestionada tras su declaración en el juicio y ha querido salir al paso.
Joana Sanz tuvo que acudir a declarar a la segunda sesión del juicio de Dani Alves. Pese a que en un primer momento le pidió el divorcio, más tarde decidió no separarse de él porque le considera su familia. La modelo acudía a la Audiencia de Barcelona para declarar donde se reencontraba con la familia del futbolista, es más, pudo ser vista agarrada de la mano de la madre de Alves, demostrando la buena relación y sintonía que tienen.
Su declaración ha sido muy comentada, es por eso que ha sido muy cuestionada en las redes sociales, donde muchas personas han dado a entender que ha querido ayudar al exfutbolista con su declaración. En un primer momento aseguró que la noche que sucedió todo no se encontraba en Barcelona, pero en su declaración dijo que sí estaba en el domicilio de la ciudad condal y que su pareja llegó muy borracho.Ahora la modelo ha querido romper su silencio a través de sus redes sociales, contestando a todas esas personas que la han cuestionado tras su declaración en el juicio: "Por salud mental, quería mantenerme al margen de todo este circo mediático que se ha creado. Aún así, la constante lluvia de falsas informaciones me han llevado a tener que volver a pronunciarme".
"Es muy grave que se me acuse de falso testimonio y estoy tomando acciones legales en contra de los medios de comunicación que lo han iniciado y se han hecho eco de dicha acusación", ha remarcado. Sus palabras no han terminado ahí, porque ha seguido diciendo: "Cuánto cinismo hay en este país. ¿Libertad de expresión?, ¿dónde? Todos seguís el patrón de lo políticamente correcto por miedo de decir lo que realmente pensáis y que se os tiren encima. Añadiría un par de cositas más, pero no me vale la pena el desgaste".Se desactivó las redes sociales
Y esto lo ha dicho a través de sus redes sociales después de haber retomado la actividad en las mismas, puesto que en el momento del juicio decidió desactivarse su cuenta de Instagram con el fin de enfrentarse a tal momento mucho más calmada y sin sentir la presión constante de los mensajes y los comentarios, algo con lo que ha tenido que lidiar poco después y de lo que no ha dudado en quejarse.