Louisville (Kentucky), su ciudad natal, fue el destino que la ganadora de un Oscar eligió para pasar unos días con su familia. Pero a la vuelta, un doble fallo de motor impidió que el vuelo pudiera continuar sin aterrizar antes en Buffalo, Nueva York.
3.100 metros era la altura que separaba el jet privado del suelo cuando comenzaron los fallos; los pilotos actuaron de manera rápida, lo que facilitó que la actriz saliera ilesa del accidente. La actriz no se ha pronunciado en sus redes oficiales sobre el altercado, pero se ha confirmado a la prensa que está en perfectas condiciones y que todo quedó en un susto.
Experta en caídas
No sería la primera vez que a Jennifer Lawrence le juegan una mala pasada las alturas y es que por todos es recordado el momento en el que subió a recoger su Oscar a mejor actriz por la película 'El lado bueno de las cosas', y se tropezó para finalmente caer al suelo. La actriz se lo tomó con mucho humor y bromeó más tarde sobre ello.