Jennifer Aniston no tuvo una infancia perfecta. Al menos así lo ha confesado la actriz, de 45 años, durante su última entrevista en la que desveló que cuando era niña tuvo que luchar contra sus problemas de dilexia y de ira mientras que crecía junto a su "crítica" madre Nancy Dow, de la que su padre John Aniston se divorció en 1980.
Madre e hija estuvieron distanciadas durante más de una década después de que Dow escribiera un libro de memorias sobre su popular hija en 1999 llamado 'From Mother and Daughter to Friends: A Memoir'. De hecho, Aniston no incluyó a su madre en la lista de invitados a su bodacon Brad Pitt al año siguiente. "Era crítica", cuenta la protagonista de 'Cake' durante su entrevista para The Hollywood Reporter. "Ella era muy crítica conmigo", dice de su madre, que hizo carrera como modelo. "Ella era preciosa, impresionante. Yo no", dice Aniston. "Sinceramente, todavía creo que no tengo ese tipo de luz, lo cual está bien".
Además, la popular intérprete de 'Friends' tuvo que lidiar con una dislexia que no le fue diagnosticada hasta sus veintipocos años : "La única razón por la que supe (que lo tenía) fue porque fui a hacerme unas gafas ", recuerda la actriz. "Tenía que llevar esas gafas de Buddy Holly. Una tenía lentes azules y la otra rojas y tenía que leer un párrafo. Me dieron una prueba con diez preguntas basadas en lo que acababa de leer y creo que conseguí acertar tres".
"Entonces me analizaron con una máquina para ver dónde iban mis ojos cuando leía. Mis ojos saltaban cuatro palabras y volvían sobre dos, y también tenía principio de ojo vago, un ojo cruzado que siempre tienen que corregir en las fotos", cuenta Aniston. Este diagnóstico le cambió la vida y explicó muchas cosas sobre los problemas que sufrió durante su niñez respecto a su autoestima y educación. " Pensaba que no era inteligente. Simplemente no podía retener nada ", reflexiona. "Entonces tuve aquel gran descubrimiento. Me sentí como si todos los trumas de mi infancia hubieran muerto, se explicaron las tragedias y los dramas".
Aniston también tuvo problemas de ira
La actriz también ha confesado que tuvo que lidiar con problemas de ira: "Yo siempre pensaba que si estás enfadado simplemente no dices nada", cuenta Jennifer Aniston. "Me volvía pasiva, las cosas salían pasivamente, pero no tiene que ser o blanco o negro".
"No tienes que ser un ser humano histérico con venas a punto de estallar en tu cuello, poniéndote roja y aterrorizando a la gente, ni tampoco quedarte callado y esconder la cabeza. Solía detestar la confrontación, la aborrecía. Entendí la ira, pero no sabía cómo debía expresarla. Ha sido algo en lo que realmente he trabajado mucho ", declara durante la entervista.
Quiere conocer al Dalai Lama y recuperar sus hobbys artísticos
Ahora, Jennifer Aniston está mirando al futuro: " Me encantaría conocer al Dalai Lama. Por las cosas que he leído de él, libros y conferencias, parece pura alegria y pura, pura, pura iluminación". La actriz también quiso compartir sus planes de poder abrir algún día un estudio de arte.
"Solía tener un estudio de arte donde pintaba y trabajaba con arcilla. Realmente lo echo de menos. Estaba colocando mi trastero y entonces encontré mi rueda, mis caballetes y todos mis libros. Encontré todas estas cosas, así que me construiré mi pequeño estudio de arte fuera (de casa)", añade Aniston.