La intérprete de 'Friends' habló para la revista deAllure, haciendo saber que intentó durante muchos años quedarse embarazada: "Fue un desafiante camino para mí, el camino de la maternidad". Y para ello se sometió a varias fecundaciones in vitro, aunque sin conseguir el resultado deseado. Lo más doloroso de todo este proceso para ella fue tener que aguantar los numerosos rumores de embarazo que le rodeaban continuamente.
"Todos los años y años y años de especulaciones... Fue realmente duro. Me sometí a fecundación in vitro, bebí tés chinos, de todo. Lo intenté todo. Habría dado cualquier cosa por que alguien me hubiera dicho: 'Congela tus óvulos. Hazte un favor'. Simplemente no lo piensas. Así que aquí estoy hoy. El barco ha zarpado", ha dicho, consciente de que su momento ya ha pasado.
Y hay una cosa que tiene clara: "No me arrepiento de nada. En realidad, ahora siento un poco de alivio porque ya no existe el '¿Puedo? Quizás. Tal vez'. Ya no tengo que pensar en eso más". También le ha dolido mucho que los medios lleven años diciendo que se comportó de una manera egoísta por centrarse en su carrera y no haber tenido hijos: "Solo me importaba mi carrera. Y Dios no quiera que una mujer tenga éxito y no tenga un hijo. Y la razón por la que mi marido me dejó, por la que rompimos y terminamos nuestro matrimonio, fue porque no le di un hijo. Fue una absoluta mentira. No tengo nada que ocultar a estas alturas".
"Me sentí muy frustrada. De ahí ese artículo de opinión que escribí (para The Huffington Post en 2016 en el que criticaba a los medios de comunicación por su obsesión con que estuviera embarazada y su trato a las mujeres, en general). Era como tengo que escribir esto porque es tan enloquecedor y no soy sobrehumana hasta el punto de no dejar que penetre y duela", decía, hablando de otra ocasión en la que se desahogó.
Cómo ha sido tratada por la prensa
En su reflexión de 2016 decía: "Solía decirme a mí misma que los tabloides eran como los cómics, que no había que tomarlos en serio, que sólo eran una telenovela que la gente seguía cuando necesitaba una distracción. Pero ya no puedo decirme eso, porque la realidad es que el acoso y la cosificación que he experimentado de primera mano, desde hace décadas, refleja la forma retorcida en que calculamos el valor de una mujer".