Javier Merino ya parece estar recuperado y de vuelta a su vida normal. El empresario ha estado ingresado más de una semana en el hospital Can Misses de Ibiza, donde ll egó afectado de fiebre alta y un gran malestar, lo que provocó un enorme susto en su mujer, Mar Flores, que llegó a temer lo peor.
Precisamente, la pareja estaba en la isla para celebrar su aniversario de boda. Un aniversario que acabó muy lejos de como hubieran imaginado cuando Javier Merino tuvo que acudir al centro médico por su malestar.
Los doctores que le trataron en el hospital le diagnosticaron malaria de tipo 4, al parecer el menos grave de los que existen, lo que no disminuyó en un ápice la preocupación de Mar Flores, que no se ha separado de su marido durante el tiempo que ha durado su ingreso en el centro ibicenco.
El domingo pasado, 26 de octubre, Javier era dado de alta, ya podía volver a casa. Y ahí precisamente es donde pudimos verle por primera vez tras el susto. El empresario salía de su domicilio madrileño a primera hora de la mañana, vestido con traje chaqueta y portando su maletín de trabajo, dispuesto a volver a la normalidad y a la rutina, a pesar de que las primeras informaciones sobre su estado de salud indicaban que se le había recomendado algo de reposo.
Mar Flores no se ha separado de su marido durante su ingreso
Seguramente, Merino haga una pausa en su agenda de viajes, que le obligaban a desplazarse una vez al mes a Sudán y otros países africanos, donde presumiblemente ha contraído la enfermedad por la que ha estado hospitalizado.
Por su parte, Mar Flores ha confesado haber vivido un auténtico calvario con la enfermedad de su marido. Con la crisis del ébola en nuestro país en pleno auge, Mar aseguró que se había temido lo peor,
incluso confesó que "pensaba que lo perdía".