La actriz de 'Glee' presentó el pasado mes de julio la demanda de divorcio. Lo que parecía una separación tranquila ha terminado con desorbitadas exigencias por parte de su exmujer, Lara Embry.
Las rupturas no son fáciles, y mucho menos los divorcios. La dura decisión de dejar atrás a la persona con la que alguna vez se compartió todo ha llevado a muchos al borde de depresiones. Pero no a Jane Lynch, que no podía llevar mejor su reciente separación. Lejos de dejarse llevar por la tristeza, la actriz ha decidido tomárselo como una etapa más en su vida.
Lynch presentó los papeles del divorcio el pasado mes de julio, intentando que la ruptura con la que fuera su esposa, Lara Embry, fuese lo menos traumática posible. TMZ le preguntó sobre su situación sentimental, a lo que respondió esperanzada: "Me está gustando esto de estar soltera". Por lo tanto, parece que no entra dentro de sus planes el volver a una relación seria muy pronto.
Un divorcio cada vez más complicado
Aunque la actriz de 'Glee' se lo tome con alegría, el divorcio no está siendo tan tranquilo como le gustaría. Su exmujer está intentando conseguir que la intérprete le pague 93.000 dólares al mes en concepto de manutención del cónyuge. Una cantidad nada desdeñable, sobre todo cuando la idea que tenían en un principio era realizar una separación de bienes.Pero Jane Lynch es de esas mujeres que sigue a rajatabla ese "al mal tiempo, buena cara", y prefiere mantener una actitud positiva en esta nueva etapa de soltería. En lo profesional, ya cuenta los días para el regreso de 'Glee' a la televisión norteamericana, algo que tendrá lugar el 26 de septiembre.