Y es que, aunque entre en sus planes más cercanos no esté presente el de casarse, la empresaria ha confesado que Mario Vargas Llosa le ha pedido la mano este verano: "Fue una noche cenando tranquilamente, fue bonito".
No obstante, a pesar de estar muy enamorada, Isabel Preysler ha asegurado que por el
Isabel Preysler: "No veo necesidad de casarme tan rápidamente"
bien las cosas para dar el paso definitivo: "No lo estoy haciendo para hacerme de rogar, lo estoy haciendo simplemente porque me estoy tomando mi tiempo".
Otro de los temas a tratar ha sido el de la resolución de la polémica herencia del
que fue su segundo marido Miguel Boyer: "Queda poco, lo está resolviendo el
hermano de Miguel, y yo creo que lo va a resolver rápidamente. Será a finales de año".
Lo que es más que evidente, además de la sonrisa que nunca quita de su rostro, es que se encuentra en un momento personal de plena felicidad: "Estoy en un momento muy bueno, un momento de paz, un momento feliz... Estoy encantada".