Ya hace dos semanas desde que Bertín Osborne se adentró en la mansión de la familia Preysler dispuesto a entrevistar a Tamara Falcó. La charla entre ambos dio para muchos titulares jugosos y sorprendentes, pero pasado el tiempo hay una persona que parece no estar dispuesta a dejar que la información revelada permanezca mucho tiempo en el aire. Esa persona es Isabel Preysler.
Ya lo dijo su propia hija durante la entrevista: " Posiblemente cuando mi madre vea este programa, me mate ". Por lo tanto, la hija del Marqués de Griñón era ya consciente del terreno pantanoso en el que se estaba adentrando: para fortuna de los espectadores y para desgracia de su madre.
Tal y como revela María Eugenia Yagüe para El Mundo: " Isabel Preysler está como un toro ". Según la periodista, la emisión de la entrevista coincidió con la estancia de Tamara Falcó en Lima para la boda de Christian de Hannover y Sassa de Osma, pero eso no impidió que recibiera una llamada poco halagadora de su madre en la que probablemente le recriminaba su sinceridad. Al fin y al cabo, Isabel Preysler vive de su imagen, por lo que no es de extrañar que no le hiciese gracia que se revelaran algunos datos de su vida íntima.
Este supuesto enfado fue muy bien escondido por la filipina en su última aparición pública. Se produjo unos días después de la entrevista y en ella acompañaba a su pareja, Mario Vargas Llosa, en la presentación de su último libro. También se encontraba allí su hija, sobre la que no dudó en afirmar: " A veces Tamara es demasiado sincera y encima exagera las cosas y cambia otras, pero ella es así. Es inútil frenar su espontaneidad".
Las revelaciones que molestan a Isabel Preysler
De todo lo que contó Tamara Falcó en su entrevista con Bertín Osborne, probablemente lo que más haya molestado a su madre sean las revelaciones que rodean los inicios de su relación con Mario Vargas Llosa. Así lo cuenta su propia hija: "Yo me enteré cuando un sábado que veía Mario a almorzar, mi madre, que no se arregla mucho los sábados, apareció peluquería, con tacones y unos pantalones negros apretados".
Tamara Falcó no tuvo duda de que algo había entre su madre y el premio Nobel, y así se lo dijo a su hermana Ana Boyer: " Ana, aquí hay tomate, no seas tonta ". Este punto es de especial interés, ya que mucho se ha hablado sobre lo mal que le sentó a la hija de Miguel Boyer que su madre rehiciese su vida tan pronto. Sin embargo, y como siempre, la familia niega cualquier desavenencia.