Isabel Pantoja no levanta cabeza. Universal, la que había sido su discográfica hasta la fecha, decidió no renovarle el contrato. Poco más tarde, su hija Chabelita volvió con Omar Montes, a quien la tonadillera no guarda ningún tipo de simpatía. Algo después se enteró por la prensa que se había producido un robo en Cantora, y ahora ha vivido un desagradable episodio en el supermercado. Todo sucedió en el Mercadona de El Puerto de Santa María que ha vivido en estos últimos días su momento más surrealista.
Después de llenar tres carros de la compra de comida y gastarse la friolera de 500 euros en productos alimenticios, a la intérprete de 'Marinero de luces' le entró hambre. Tanto así que ni corta ni perezosa abrió un paquete de chopped, cogió un trozo de pan y se preparó un bocadillo para recuperar fuerzas. Uno de los vigilantes de seguridad se le acercó y le recriminó que no estaba en un restaurante. Muy enfadada, la cantante amenazó con denunciarle.
No contenta con este enfrentamiento, a Pantoja le quedaban fuerzas para seguir liándola. Cuando visitó la zona de pescadería, una de las vendedoras saco su móvil y comenzó a hacerle fotos. El programa 'Sálvame' se ha puesto en contacto con una testigo que se encontraba en el establecimiento y pudo ver con sus propios ojos como la andaluza perdía los papeles. Según esta gaditana, la televisiva se puso hecha una furia y a gritarle a la pescadera: "Lo que tiene que ser es no echarme fotos, dejarme vivir, que eres una asquerosa y me entran ganas de darte dos guantazos ".
Isabel Pantoja en el supemercado/foto:telecinco.es"Voy a denunciar a esa feona"
Cuando abandonó el supermercado, Isabel Pantoja se dirigió a una de las cajeras y le comunicó: "Voy a tener que denunciar a esa que está ahí, en tres minutos denuncio". "¿A quién?", le preguntó sorprendida la empleada. "¡A la feona esa!", respondió ella señalando a la pescadera. Como era de esperar, las imágenes de este momento que ya ha sido bautizado como 'el panto-enfrentamiento' se han hecho virales y ya circulan por las redes sociales. Parece que el bocadillo de chopped consiguió calmar el hambre de la sevillana, pero no su mal humor.
