La tonadillera ha revivido el peor momento de su vida teniendo que volver a los Juzgados de Málaga por una presunta venta irregular.
Sabía que ese momento llegaría pero estaba claro que todos los objetivos iban a estar puestos sobre ella por muchas razones. Isabel Pantoja abandonaba su refugio, Cantora, para enfrentarse a un nuevo juicio por la presunta venta irregular de la finca Mi Gitana, situada en la urbanización marbellí de La Pera, donde convivió con Julián Muñoz hace años y que tantos quebraderos de cabeza le está dando en estos momentos. Isabel Pantoja podría hacer frente a un delito de insolvencia punible, algo que podría llevarle a prisión, por lo que la situación es de lo más delicada para ella. La tonadillera llegaba a los Juzgados de Málaga, reviviendo así su peor experiencia con el Caso Malaya, viviendo un momento de lo más doloroso al tener que enfrentarse de nuevo a algo que le llevó a la cárcel en su momento.
La cantante llegaba en medio de una vorágine de medios de comunicación que estaban apostados a la puerta de los Juzgados y que esperaban ansiosos ver la reaparición de Isabel Pantoja en un momento tan delicado. Agustín Pantoja acompañaba a su hermana en una situación tan delicada y llegaba cubriéndole las espaldas, mientras ella iba escoltada por la Guardia Civil para evitar problemas con los medios de comunicación.
Un rostro que lo dice todo
Isabel Pantoja reaparecía con su mítica coleta recogida hacia atrás y unas gafas negras, así como un poncho grande en color negro de Desigual con palabras escritas de forma aleatoria. Sin embargo, lo que más llamaba la atención era su gesto, algo que se apreciaba aun llevando las gafas y la mascarilla. A la tonadillera se le apreciaba el entrecejo fruncido y las cejas alzadas, dando la impresión incluso de que pudiera echarse a llorar en cualquier momento.
Además, se han repetido las imágenes de Isabel Pantoja sentada en el banquillo, algo que la tonadillera seguro pensó que no se volvería a repetir nunca. Ya sin las gafas se podía ver claramente el rostro de absoluta devastación de la cantante, con las lágrimas aflorando. No cabe duda de que el rostro es el espejo del alma y se aprecia que Pantoja no está en su mejor momento. Está claro que no son tiempos fáciles para Isabel Pantoja, quien tiene que hacer frente a un nuevo problema en los Juzgados que no es nada sencillo y lo hace en un momento en el que su estado anímico no es el mejor. Su hija, Isa Pantoja, confirmó que su madre tiene depresión, por lo que todas estas situaciones delicadas lo único que hacen es debilitar aún más su estado.