Una celda desde la que vivió momentos muy duros, algunos de ellos relacionados con su estado de salud o con el trato que recibía en el centro penitenciario, pero también otros maravillosos como el día que conoció que iba a ser abuela por tercera vez.
Los peores momentos de la condena de Isabel Pantoja
Trato de favor
Se decía que tenía la puerta de su celda abierta muchas más horas de las que se permitía, que podía salir a fumar cuando le viniera en gana e incluso que contaba en su celda con una gran variedad de embutidos.
Un trato de favor que fue desmentido en varias ocasiones por Instituciones Penitenciarias a pesar de que esa actitud fue incluso reflejada en un escrito emitido por varios funcionarios de la propia cárcel.
Trato de favor del que también se habló cuando se le concedió un permiso extraordinario para que pudiera ser tratada de sus problemas de salud en el hospital que eligió en lugar de hacerlo en el que está concertado con la prisión.
La aparición de la madre biológica de Chabelita
Y si Isabel Pantoja no tuviera suficiente con tener que escuchar todas informaciones que se iban dando, la tonadillera tuvo que vivir lejos de casa la aparición de la madre biológica de Chabelita, dispuesta a conocer a su hija e incluso a tener una relación con ella.
Rosana Xalca protagonizó un reportaje en el que comentaba que le costó mucho dar a su hija recién nacida en adopción, pero que es algo que tuvo que hacer obligada por las circunstancias personales que tenía en aquel momento. "La perdí por darle una vida mejor y nunca me he arrepentido", aseguró, añadiendo que lo único que quería era poder "abrazarla y verla antes de morir".
Y tras un primer reportaje concedió una entrevista poco después en la que habló más sobre cómo era su situación, cómo escondió su embarazo y cómo decidió dar en adopción a su pequeña cuatro meses antes de dar a luz: "Vivía con mi hermana y una prima en una habitación alquilada compartida entre las tres. Decidimos guardar el secreto de mi embarazo. Gracias a Dios que sé dónde está mi niña. Prometo que nunca iré a molestar a esa persona".
Las peleas de sus hijos Kiko y Chabelita
Pero lejos de unir más a la familia con la aparición de Rosana Xalca, Isabel Pantoja tuvo también que enterarse en la cárcel de la brecha que había nacido entre sus hijos. Kiko Rivera no era la primera vez que dejaba en muy mal lugar a su hermana, pero esta vez sí fue la primera vez que Chabelita habló claro sobre su vida familiar.
Todo arrancó el día que el Dj se enfrentó al polígrafo del 'Deluxe' y allí salió a la luz que no tenía una relación demasiado fluida con su hermana: "Mi hermana piensa que una parte de nuestra familia no la quiere, cosa que no es cierto. Mi hermana es que es una persona que no es cercana, mi hermana es muy fría", aseguró entonces Kiko Rivera.
Lo que quizá nunca hubiera imaginado el hijo de Pantoja es que Chabelita sentía exactamente eso desde muy pequeña. Y aunque siempre había estado completamente callada, aguantando los ataques en silencio y en la intimidad, la joven estalló a su vuelta de Honduras tras participar en 'Supervivientes 2015'.
"No me siento igual de querida que mi hermano y mi prima", aseguró a su vuelta a Madrid, confesando que hace años que no se habla con su tío Agustín y que la familia le ponía ciertos impedimentos para hablar con su madre o para ir a verla a la cárcel: "Me dicen que espere, pero no sé nada y me muero de ganas de hablar con ella. Me siento estúpida. No sé nada de nada", declaró al ser preguntada por si había hablado con Isabel Pantoja tras su paso por Honduras.
El nacimiento de Ana Rivera Rosales, su momento más feliz
Tres momentos muy delicados y complicados que Isabel Pantoja tuvo que vivir en la distancia, desde su celda de Alcalá de Guadaíra, o desde la habitación del hospital en el que estuvo ingresada, que se compensan con la grandísima noticia que recibió a principios de mayo de 2015.
Entonces supo que se iba a convertir en abuela por tercera vez con el nacimiento del segundo hijo de Kiko Rivera, el primero en común con su ya mujer Irene Rosales. Asimismo también se enteró de que la pareja tenía previsto casarse próximamente; eso sí, cuando Pantoja ya hubiera sido puesta en libertad.
Un mes después de hacerse pública la noticia, la tonadillera disfrutaba de su primer permiso penitenciario de cuatro días en los que estuvo en Cantora. Allí pudo felicitar a la pareja por las grandes noticias, además de volver a sonreír gracias a sus nietos Francisco Rivera Bueno y Alberto Isla Pantoja.
Y como si el destino le tuviera preparada una recompensa, la fortuna quiso que el primer día que disfrutaba de su tercer grado -un régimen de semilibertad que le obliga a acudir a dormir a prisión de lunes a jueves- Irene Rosales se pusiera de parto e ingresara en un hospital de Sevilla para dar a luz a su hija Ana.
A primerísima hora de la mañana su hijo Kiko Rivera acudió a recoger a su madre a Alcalá de Guadaíra para llevarla al centro médico y que pudiera abrazar a su primera hija junto a Irene Rosales. Ese fue el gran momento para Isabel Pantoja.
Cantora, la jaula de oro de Isabel Pantoja
Desde entonces han pasado 10 meses los que la tonadillera ha estado 'encerrada' en Cantora, su jaula de oro. Allí ha estado disfrutando de toda su familia al tiempo que preparaba su gran vuelta a los escenarios para finales de este año.
Eso sí, una vez que fuera una mujer libre como es desde este viernes 28 de octubre, cuando logra el licenciamiento definitivo. No obstante, no será hasta dentro de tres años, el 28 de octubre de 2019, cuando se borren los antecedentes penales de Isabel Pantoja (siempre y cuando no cometa en este tiempo ningún otro delito).
Ahora es tiempo de mirar solo y únicamente al futuro. De seguir luchando día a día por la armonía familiar -algo que parece haber conseguido, en parte gracias a la boda de Kiko Rivera con Irene Rosales- y de volver a subirse a un escenario y desplegar toda su fuerza de artista, intentando borrar su imagen entrando a la cárcel condenada por blanqueo no continuado de capitales. Por el momento el 2 de noviembre lanza su nuevo disco.