Contandos los días que restan para cumplirse en plazo para pagar la multa de 1,1 millones de euros impuesta por su condena por blanqueo de capitales, Isabel Pantoja ha ofrecido el que podría ser su últimos concierto antes de entrar en prisión para cumplir con dicha condena (fue condenada a dos años de cárcel además de la citada cantidad económica).
Así, allí, entre el público estaba su hija Chabelita, que acudió a arropar a su madre junto a su hijo Alberto y su actual novio Alejandro, el que está siendo su mejor apoyo en unas días muy duros a nivel personal.
Chabelita acude al concierto de su madre con su novio Alejandro y su hijo Alberto
Como viene siendo habitual en las últimas veces que Isabel Pantoja se ha subido al escenario, ésta cambió la letra de alguna de sus canciones para transformarlas en metáforas o símiles con la
"Por culpa de ese amor, que es mi condena" en la canción 'Olvidarme de ti' fue una de las frases que más llamó la atención, aunque no fue la única transformación que sufrieron, ya que en otra ocasión espetó: "No van a extrañarme, ya lo ven, a pesar del tropezón no estoy caída", en clara alusión a su situación personal.
Otros ejemplos de referencias a su vida la encontramos en citas del tipo: "No quise más problemas con tu mugroso amor"; o "que sea lo que Dios quiera pero siempre con las botas puestas, eso seguro" es el rotundo mensaje que lanzó a su público.
Isabel Pantoja: "No quise más problemas con tu mugroso amor"
Uno de los momentos más emotivos llegó con la canción 'Soledad', donde la cantante pidió que le pusieran pañuelos encima del piano para secarse las lágrimas mientras dirigía palabras al público como "os voy a llevar en mi corazón siempre".
Con los sentimientos a flor de piel, llegó el tema 'El Cucú', dedicado a sus nietos o la 'Salve Rociera'. Fue aquí cuando Isabel Pantoja reconoció no poder irse sin cantarla, a la vez que se encomendaba a la Virgen del Rocío para pedirle "lo más importante, salud".
Al finalizar el concierto la artista se despidió de los músicos que la acompañaban con besos. Es aquí donde se vio a la tonadillera más emocionada y algo angustiada, sin parar de suspirar. De hecho, hubo alguna canción en la que pareció costarle sacar fuerzas y voz para interpretarla.