Una de las primeras cosas que dijo la modelo fue la siguiente: "Creo que en todas las relaciones buenas tú das lo mejor y peor, es la naturaleza del ser humano. Dos buenísimas personas no tienen por qué crear una relación buenísima. Creo que hemos sido muy afortunados por lo que hemos pasado juntos. La vida sin B es terreno desconocido". Así que todo parece apuntar a que entre ellos no había compatibilidad de caracteres, que no llegaron a entender a pesar de que cada uno pusiera lo mejor de su parte.
La imagen tan hermética que siempre ha caracterizado a Shayk parece que ha desaparecido porque ha contado cuáles han sido las dificultades a las que se ha enfrentado como madre soltera: "Es difícil encontrar el equilibrio entre ser madre soltera y ser trabajadora y la que lleva el sustento a casa. Hazme caso, hay días en los que me levanto y pienso, 'Dios mío, no sé qué hacer, me estoy desmoronando'". Es más, su embarazo lo ocultó lo máximo posible con súper abrigos que ocultaran su silueta, pero parece que ha cambiado de opinión.
Parece que durante esta ruptura, o al menos de cara a la galería, fue Bradley Cooper el que lo pasó peor, y una fuente cercana al actor dijo lo siguiente a la revista People en junio de 2019: "Bradley estuvo emocionalmente ausente durante el largo tiempo de filmación de 'Ha nacido una estrella'". Esta película fue el punto de inflexión de su relación, algo que les separó por completo y por la que todo cambió.
Lo intentaron, pero no dio resultado
Y otra fuente dijo a New York Times: "Nunca compraron su propia casa en California. Era la casa de él. No hubo ningún paso hacia delante en esa dirección. También está el hecho de que nunca se casaron después de tener a la pequeña", por lo que los planes futuros eran limitados, aunque él había comenzado a volcarse en la familia cuando las cosas se habían torcido y ya no había vuelta atrás.